14 de agosto de 2009

Las cinco lecciones que aprendí de Wall – E


Por: Ana Raad

Un robot chatarra nos muestra la urgencia de un desarrollo sustentable, en donde la modernización y tecnologización de las sociedades deben ir de la mano de estrategias de reciclaje electrónico eficientes con el medio ambiente.


1. La Tierra será una gran chatarra: basura electrónica es aquella que agrupa principalmente a los desperdicios de equipos electrónicos (televisores, computadoras, celulares, etc.). Esta representa el uno por ciento del total de residuos sólidos en el mundo (se espera que para el 2010 alcance a representar el dos por ciento) y aumenta un 20 por ciento cada cinco años, lo que significa 14 a 15 kg de basura electrónica por persona. En general, estamos hablando de 45 millones de toneladas métricas anuales en todo el mundo, según el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. El mismo Wall-E 700 años después, sigue limpiando el planeta, porque está poblado, entre otros, por los desperdicios electrónicos.

2. No somos máquinas, solo Wall-E sobrevive: hoy hablar de reciclaje de chatarra electrónica, tiene dos móviles principales. Por un lado, es el recuperar materiales que aún sirven como el cobre, la plata o el oro que son excelentes conductores de electricidad. Pero sobre todo, se trata de asegurarnos de que los materiales tóxicos sean bien tratados. El problema es que cuando los equipos se descomponen en medio de la basura, componentes peligrosos como plomo, arsénico o el cromo (que se encuentran en las soldaduras, baterías, incluso en el cristal de los monitores) al no ser tratados correctamente, pueden causar impactos negativos como alteraciones a la presión sanguínea, perturbación en el comportamiento, erupciones cutáneas, etc. Un coctel de tóxicos muy difíciles de erradicar sin un tratamiento adecuado.

3. Lo viejo también sirve: se calcula que la vida útil de una computadora es de 10 años, pero antes de que cumpla el ciclo suele desecharse.

Sin embargo, organizaciones que se dedican a reacondicionar (es decir que no reciclan los componentes sino que retiran partes antiguas y adecuan las nuevas) pueden darle a la computadora cuatro a cinco años más de uso.

En Ecuador, según el registro de la Plataforma de Residuos Electrónicos en Latinoamérica, existen empresas recicladoras, así como varias organizaciones que pueden reacondicionar equipos.

4. EVE es perfecta, verde y digital: la tarea del robot explorador EVE, diseñado para buscar la existencia de plantas y confirmar la posibilidad de sobrevivir en la Tierra, es la antesala de una visión catastrófica del mundo.

Para algunos, es importante responsabilizar a las empresas desde el inicio, haciéndose cargo de los productos, no sólo en su etapa de producción y venta, sino también al final de la vida útil. Hay quienes sugieren para ello que debería incluirse en el costo un valor destinado al reciclaje final.

Sin embargo esto lo termina pagando el consumidor y deja de ser responsabilidad de las empresas. Actualmente ya hay empresas que ponen un sello verde que indica que sus procesos de reciclaje son adecuados. Pero lo más viable me parece es exigir estándares en el uso de estos componentes tóxicos, es decir que desde el diseño se contemplen el uso en dosis limitadas. Un llamado al diseño verde de verdad.

5. Un basurero llamado tercer mundo: el tercer mundo recibe toneladas de material chatarra proveniente de países en donde el tratamiento de estos residuos tecnológicos, demandan estándares muy altos y caros, de ahí que sea significativamente más barato enviarlos a países en donde las políticas medioambientales son escasas o no consideran esta área una prioridad. 

El convenio de Basilea establece la prohibición de exportar residuos electrónicos peligrosos y contaminantes para deshacerse de ellos. Se espera que los países que firmaron este acuerdo, tengan mayor compromiso y cumplan con dicho acuerdo.
Por otro lado, en países como Ecuador la Constitución poco o nada refleja esta disyuntiva de crecer y modernizarse de manera sustentable. Hay que trabajar también por una conciencia de reciclaje electrónico responsable, saber qué hacer con estos desechos, desde su celular obsoleto hasta la impresora que ya no usa, porque si no tomamos las acciones debidas, la visión del mundo de Wall-E será más que mera ficción.

Tomado de: Revista Vistazo Online, la informacion ya es de todos

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