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24 de noviembre de 2021

La historia de Los Rothschild, la familia más rica del mundo

En el año 1798, un exitoso banquero judío-alemán decide educar a sus cinco hijos en finanzas y los envía a distintos países de Europa para expandir su negocio. Hoy en día, 260 años después del inicio de esta dinastía, esta familia ha logrado posicionarse como una de las más poderosas e influyentes de toda la historia, interviniendo en sucesos tan importantes como la independencia de un país latinoamericano, salvando a Estados Unidos de varias crisis financieras y evitando una completa conquista del viejo continente; hechos que han llevado a la imaginación colectiva a tildarlos como: “Los dueños del mundo”… ¿Cómo lo lograron?


¿Cómo se convirtieron Los Rothschild en La Familia Más Rica de la Historia?

Los protagonistas de esta historia son Los Rothschild, familia de origen judeo-alemán comúnmente distinguida como la “Casa Rothschild”.

La historia de este linaje se remonta al siglo XVIII, cuando en el año 1743 el señor Amschel Moses Bauer, orfebre de profesión, decidió abrir una tienda de cambio de monedas y préstamos en el gueto judío de FráncfortAlemania. Este negocio era muy común en su pueblo, pues los judíos, que habían sido perseguidos por más de 500 años, terminaron por establecerse mayormente en países del este de Europa, y, debido a su gran peregrinación y sus pocos recursos para adquirir tierras, desarrollaron el sistema de préstamos con interés, con los que pudieron generar ingresos sólidos para organizarse y prosperar.

Amschel adquirió una casa de dos pisos en Francfort. En el primer piso estableció su negocio y dejó la segunda planta para uso de su familia. En la puerta de entrada colgó un cartel que representaba a un águila romana sobre un escudo rojo. Con el tiempo, el lugar empezó a ser reconocido como “la tienda del escudo rojo”, es decir, la tienda “Rothschild”, pues en alemán la palabra “rojo” es “rot” y la palabra “escudo” es “Schild”. En el futuro, la familia empezaría a usar el apellido patronímico Rothschild.

El ascenso del apellido entre la sociedad europea la lograría el hijo del señor Bauer, Mayer Amschel Rothschild, el cual es considerado como el fundador de la dinastía. Mayer, al igual que su padre, también se dedicó a la actividad financiera en su natal Fráncfort, realizando negocios, préstamos e intercambios con monedas y billetes.

En el año 1769, logró el título de “Hoffaktor” del príncipe elector Guillermo de Hesse, lo que lo convertía en un representante de la corte.

Las "5 Flechas" de la dinastía Rothschild

En 1784, se trasladó junto con su esposa Gutle y sus diez hijos a una gran casa, ubicada en el “Callejón de los judíos”. Sus cinco hijos varones, AmschelSolomonNathanCarl y Jacob, hoy en día son representados en el escudo de la familia como las 5 flechas de la dinastía.

En dicha casa, que empezó a ser distinguida como “La Casa del Escudo Rojo”, Mayer educó a sus cinco hijos varones y les enseñó todo lo relacionado con sus negocios y los planes que tenía para el futuro. Su idea era que se convirtieran en influyentes banqueros de monarcas y gobiernos, y posteriormente en la poderosa “banca Rothschild”, con influencia en toda Europa central.

“Dadme el control del suministro de dinero de una nación y no me importará quién haga sus leyes.” -Dijo Mayer en una ocasión, dejando clara su gran visión de expandir su imperio bancario por el mundo.

El primero en unirse al negocio financiero fue el tercero de sus hijos, Nathan Mayer Rothschild, quien, en el año 1798 y con 22 años de edad, emigró a Inglaterra. Allí vivió primero en Manchester, donde se desempeñó como comerciante textil, distinguido por su estilo de venta agresivo y sus mercancías a precios competitivos. Más tarde, en el año 1809, se mudaría a Londres, donde desarrollaría su actividad bancaria, dedicado a la negociación de letras de cambio y la organización de préstamos extranjeros.

Con Nathan se establecería la “banca inglesa” de la familia. Los mayores logros financieros en suelo inglés serían: la comisión realizada a los cinco hermanos, en 1814, para la recaudación de fondos destinados a Gran Bretaña y sus aliados en la guerra para derrotar al emperador Napoleón; y el préstamo por £5 millones de libras esterlinas al gobierno prusiano, realizado en el año 1818.

Para su primera hazaña en 1814, Nathan usó un dinero que su padre cuidaba a un reconocido monarca de la época, que temía que Napoleón llegara a sus tierras para conquistarlas. Así, el joven, con intención de detener una guerra que ponía en riesgo todo, participó en la contienda como uno de los principales financiadores de la corona inglesa. Se estima que la cantidad de dinero y recursos que prestó equivaldrían a unos $900 millones de dólares en la actualidad. Gracias a este dinero, el duque de Wellington pudo enviar recursos a sus tropas repartidas por toda Europa. El aporte de Rothschild fue crucial para la derrota del temible Napoleón.

Sin embargo, esta no fue la única jugada que realizó. En un momento, cuando las tropas británicas daban por perdida la guerra, aprovechó que tenía información secreta que pronosticaba la caída de Napoleón, así que utilizó esta ventaja para aumentar su capital. Lo primero que hizo fue desestabilizar el mercado financiero vendiendo todas sus acciones bancarias, ocasionando que aquellos en quienes tenía influencia imitaran su comportamiento al creer que la guerra ya estaba perdida. La bolsa de valores de Inglaterra colapsó y pronto un grupo de colaboradores de Nathan comenzaron a comprar acciones a precios muy por debajo de lo habitual. Esta cuestionable estrategia le permitió consolidar su poder en el país.

Dicha intervención de los Rothschild en el conflicto napoleónico es uno de los hechos que ha estimulado tantas teorías conspirativas, en las cuales se dice que esta casa financia guerras para salvaguardar sus intereses económicos o que son los verdaderos artífices de todo enfrentamiento a gran escala, como una especie de fuerza que mueve los hilos desde la oscuridad. Sin embargo, estas teorías no han sido comprobadas oficialmente.

El éxito de Nathan como banquero proporcionaría un modelo para sus hermanos en Fráncfort.

En 1812Jacob Rothschild, el más joven de la familia, establecería la casa bancaria en París. En 1820Solomon Rothschild establecería la “banca de Viena”, aprovechando que la familia desde hacía un tiempo estaba activa en las finanzas imperiales de Austria. Eventualmente, la realeza austriaca otorgaría el título de “Barón” a los cinco hermanos. Y, como el Imperio de Austria estaba fortaleciendo sus intereses con Italia, Carl Rothschild se mudó a Nápoles para establecer la “banca italiana”. Finalmente, Amschel, el hijo mayor de la familia, fue el encargado de la “banca de Fráncfort”, siendo el sucesor de su padre.

Entre 1821 y 1822Brasil se encontraba en una gran guerra en busca de su independencia de los portugueses, pero nuevamente Nathan Mayer intercedió cambiando el curso de la historia. Luego de varios conflictos, los portugueses aceptaron negociar por medio de Rothschild. Básicamente, acordaron que Brasil podría ser independiente si les pagaban por ese derecho. Los portugueses pedían £2 millones de libras esterlinas, y Nathan fue quien realizó el préstamo a la nueva nación para que obtuviera su independencia, lo que abriría las puertas a los Rothschild en Latinoamérica. Una muestra de la gran influencia de la familia en asuntos políticos tan trascendentes.

Adicional a esto, Carl Rothschild, quien dirigía la banca italiana de la familia, solía mantener fuertes vínculos con la iglesia y el vaticano, realizándoles significativos préstamos. Su influencia y poder era tal, que, en 1832, cuando Carl conoció al Papa Gregorio Decimosexto, no se le exigió que le besara los pies, situación que ni los mismos reyes podían evitar.

En 1836, falleció el más brillante de los cinco hijos, Nathan Mayer. Para ese entonces, los Rothschild ya eran los banqueros más exitosos del mundo.

La expansión de la riqueza y el poder de la Familia Rothschild

Con el tiempo, los hermanos y sus descendientes fueron añadiendo nuevos intereses a la casa Rothschild, aparte de su monopolio bancario. En pleno siglo XIX, la familia no fue ajena al surgimiento de las nuevas industrias poderosas producto de la industrialización de Europa, como la industria ferroviariala metalúrgica y la minera. En Francia y Austria, presionaron para la construcción de redes ferroviarias. En VienaSolomon se interesó por la Ingeniería y las fundiciones. En España, la familia logró la adquisición de minas claves para obtener el monopolio de la explotación de mercurio, y la mayoría de facciones de la familia se involucró con los metales preciosos, especialmente con el oro, que era con el que se respaldaban casi todas las monedas del mundo, así que tener grandes reservas del metal les permitía aumentar su poder y seguir expandiéndose.

En 1840N M Rothschild & Sons, la compañía matriz, se convirtió en uno de los agentes de bolsa de los lingotes de oro del Banco de Inglaterra, además de interesarse en la creación de organizaciones en California y Australia durante la “fiebre del oro”, época en la que muchos trabajadores se apresuraron a migrar a las zonas donde se descubrieron grandes yacimientos del metal dorado.

A mediados del siglo XIX, la familia empezó la construcción de muchas de sus icónicas posesiones, en las cuales se albergaba todo tipo de objetos de lujo y colecciones de Arte, motivo por el cual también fueron bastante reconocidos. Algunas de estas edificaciones son las Torres Mentmore, en Inglaterra, y el Castillo de Ferrières, en Francia.

Además, Nathaniel de Rothschild en 1853 adquirió el viñedo château Brane-Mouton en Francia, y lo convirtió en una de las mejores y más reconocidas marcas de vino: Château Mouton Rothschild. En años posteriores, el negocio fue tan rentable que le permitió a la familia obtener varios viñedos vecinos y posicionar fuertemente su marca en el mercado.

En 1861, producto de la unificación nacional de Italia liderada por el rey Victor Manuel II, se produjo el cierre del banco de Nápoles de la familia. No obstante, el negocio de la emisión de bonos creció y se consolidó como uno de los pilares de la actividad financiera de la casa.

Con la muerte del barón Jacob Rothschild en 1868, la generación de los cinco hermanos había llegado a su fin y daba el paso a la nueva generación de líderes de la Casa del Escudo Rojo.

Lo vínculos familiares de los nuevos linajes de cada país se mantuvieron firmes con el paso de los años; esto en gran medida a una cuestionable tradición familiar instaurada por Mayer Amschel Rothschild, quien copio de las familias de monarcas de su época el hecho de que las mujeres fueran siempre emparejadas con sus primos y los varones heredarían toda la fortuna y poder de sus padres.

Posteriormente, los Rothschild franceses se interesaron en la explotación de níquel y cobre; y los Rothschild ingleses respaldaron el emprendimiento conocido como “The Exploration Company”, dedicado a la exploración alrededor del mundo de fuentes minerales. Por otra parte, la familia incursionó en la explotación minera de piedras preciosas en África e India, además de involucrarse en el sector del petróleo junto con Los Nobel, la familia de la que procede el inventor del premio con su apellido, Alfred Nobel. Esta familia sueca estaba a la vanguardia del desarrollo de campos petroleros en Bakú y Batum, en Rusia, algo que resultó muy benéfico para los Rothschild.

Entre las nuevas generaciones también hubo un gran número de miembros destacados de la familia…

Edmond de Rothschild, hijo menor del barón Jacob y nacido en 1845, fue una figura destacada por ser activo defensor del Sionismo, una ideología política que apoyaba el establecimiento de un estado para el “pueblo judío”, preferentemente en la antigua tierra de Israel. Edmond realizó varios viajes a la Palestina otomana para supervisar su financiación de asentamientos judíos en el territorio. Gracias a la influencia de su apellido y a sus contribuciones, se le considera un personaje importante para entender la conformación del Estado de Israel.

En Inglaterra, Walter Rothschild, hijo del primer lord que tuvo la familia, fue un gran aficionado a las ciencias, especialmente la Zoología, por este motivo creó una de las colecciones de ejemplares más grandes de todo el mundo, algo que hasta entonces no tenía muchos precedentes. Además, durante su vida estuvo dedicado fuertemente a la política. Una de sus gestiones más relevantes fue la de permitir que el gobierno británico adquiriera una importante participación en la creación del canal de Suez.

En Francia, su primo Henri Rothschild fue otro personaje ilustre, al ser todo un experto en nutrición infantil.

En 1895, Estados unidos atravesaba una difícil recesión económica. El gobierno se estaba quedando sin oro y las fuentes de ingresos para pagar las deudas eran insuficientes. En unos pocos años el país iba a colapsar. Fue entonces cuando el presidente Grover Cleveland, se acercó a los Rothschild, quienes trabajaron en conjunto con J. P. Morgan y le prestaron a Estados unidos el dinero para saldar sus deudas, evitando así un incumplimiento de los pagos y protegiendo el tesoro nacional.

En 1901, la parte de la familia establecida en Fráncfort se queda sin un heredero Varón, lo que hace que, después de más de un siglo, los Rothschild cortaran vínculos con su ciudad natal. No volverían a operar en Fráncfort sino hasta 1989.

Los Rothschild y las dos guerras mundiales

Con la llegada del siglo XX y el panorama de dos guerras mundiales, la familia tuvo que enfrentar diversos reveses y grandes cambios.

Por un lado, después de la Primera Guerra Mundial, los bancos de negocios perdieron el lugar que les permitía generar financiación para los gobiernos, cediéndolo a las nuevas instituciones de financiación internacional. Los bancos Rothschild comenzaron una transición hacia la financiación de empresas comerciales e industriales; entre ellas, el Metro de Londres.

Otro hecho curioso es que, durante la firma del tratado de Versalles en 1919, que pondría fin a la primera guerra mundial, se encontraban varios miembros de la familia, lo que alimenta aún más la teoría de que los Rothschild siempre han estado detrás de las guerras, iniciándolas y poniéndoles fin a su antojo.

En 1919, aprovechando sus grandes inversiones en el oro, la familia logra obtener el papel de banca permanente para la regulación del precio del Oro en el mundo, para lo cual se reunían diariamente para estipular el valor de dicho metal en el mercado.

En Austria, Louis Nathaniel de Rothschild realizó un esfuerzo admirable al lograr salvar la banca Creditanstalt, el mayor banco de Austria, después de los devastadores efectos del crack de 1929, la estrepitosa caída de las bolsas de valores de Estados Unidos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia también se vio afectada. Al ser los Rothschild una familia judía, cuando la Alemania Nazi invadió Austria y Francia se vieron obligados a huir y disolver las bancas de ambos países. Además, una vez finalizado el conflicto bélico, una buena parte de sus bienes, famosas mansiones y colecciones, fueron incautadas y pasaron a ser de dominio público.

El tiempo de recuperación en el periodo de posguerra fue lento y la familia tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias del mundo.

La Familia Rothschild y su influencia en la economía mundial

En 1960, los bancos franceses e ingleses decidieron fortalecer su funcionamiento en los Estados Unidos, la nueva gran potencia mundial. Allí nacería Rothschild Inc. Desde entonces, se especula que la familia pudo tener mucho que ver con la creación de la Reserva federal de los Estados Enidos en 1913, la cual, con el tratado de Bretton Woods en 1944, prometía respaldar todos los dólares impresos y en circulación con grandes reservas de oro, a un precio de $35 dólares por onza; sin embargo, eventualmente el presidente francés Charles de Gaulle, al percatarse del privilegio que obtenía Estados Unidos por ser el país emisor de la moneda usada como reserva en el sistema financiero internacional, decidió entre 1965 hasta 1968 regresar más de $5 mil millones de dólares para obtener su equivalente en oro. Otros países, como Alemania y Japón, hicieron lo mismo, ocasionando que en 1971 el presidente Nixon diera fin unilateral al tratado de Bretton Woods.

Por otra parte, en Londres, la vieja multinacional N M Rothschild & Sons tuvo un papel anticipado en los nuevos mercados de Eurobonos.

En el año 1963, Edmond James de Rothschild creó la Compagnie Financière Edmond de Rothschild, con sede en Suiza. Esta compañía de capital de riesgo pronto pasaría a ser un banco de inversión y una corporación de gestión de activos.

En 1972, los Rothschild organizaron una de sus recurrentes fiestas privadas. Hasta entonces muy pocas eran las personas que conocían de estas fiestas, pero en aquella ocasión se filtraron unas fotos del evento. En ellas se podía observar a los asistentes disfrazados con máscaras bizarras de todo tipo. Las tarjetas de invitación para estas fiestas solían venir con letras al revés. La fachada del lugar donde ocurría la celebración era iluminada siempre con luces rojas. Aquellos que recibían la invitación debían ir obligatoriamente con una mascara que les ocultara la identidad. Todo esto lucia como una especie de culto, que despertó grandes rumores en la opinión pública.

En los años 80’s, los Rothschild serían parte del fenómeno de las privatizaciones, periodo en el cual el alto costo y baja eficiencia de muchas entidades públicas las llevó a licitación. La familia participó desde un principio en más de treinta países. Esta tendencia global se correspondió con el resurgimiento de los negocios de la familia, llegando a tener alrededor de 2.800 empleados en más de 40 países.

La familia más rica y poderosa de la historia: Los Rothschild

Actualmente, existe un gran número de herederos por todo el mundo que portan el apellido y que realizan alguna destacada actividad empresarial. Sus bancos se han ido fusionando con otros en diferentes países, por lo que se cree que aún podrían tener el poder de gran parte de la banca mundial.

Dos de los últimos miembros destacados de la dinastía son: Benjamin Rothschild, el banquero francés fallecido de un ataque al corazón el 15 de enero del 2021 a los 57 años de edad, quien poseía una fortuna personal de más de $1.100 millones de dólares; y Jacob Rothschild, un banquero e inversionista inglés con 85 años de edad y una fortuna personal estimada de $1.500 millones de dólares. Ambos han sido los únicos de la familia en ocupar un puesto entre las personas más ricas del mundo según la revista Forbes. Increíblemente, a pesar del poderío del apellido, el resto de miembros no llegaron a ocupar nunca estos lugares debido a que la fortuna se ha ido diluyendo con los años y la gran cantidad de herederos. Además, la familia ha mantenido siempre al margen su privacidad, lo que impide hacer un calculo exacto de la fortuna de cada uno de sus miembros.

Como dato curioso, se piensa que, si se concentrara todo el patrimonio y activos de la familia en una sola persona, esta debería tener una fortuna de aproximadamente $350 mil millones de dólares, lo que sería superior a la fortuna del hombre más rico del mundo de la actualidad, que es Elon Musk (CEO de SpaceX y Tesla), con un patrimonio de $280 mil millones de dólares; y de otra de las familias más ricas del mundo, los Walton (dueños de Walmart) con $238 mil millones de dólares.  Sin embargo, una estimación más alta y precisa arroja como resultado que la fortuna de la familia a finales del siglo XIX rondaba el billón de dólares ($100.000.000.000.000), una cantidad de dinero superior a la fortuna amasada por John Davison Rockefeller en vida, que fueron unos $800 mil millones de dólares; lo que convierte a los Rothschild en la familia más rica de todos los tiempos.

Así concluimos la fascinante historia de los Rothschild, una familia que indudablemente marcó el curso de la historia moderna gracias a su determinante poder e influencia a la hora de hablar del desarrollo financiero y empresarial del Viejo y Nuevo continente. Sin ellos, posiblemente Napoleón haría conquistado Europa, Brasil hubiese tardado más en independizarse, Estados Unidos podría ser un país tercermundista y el viejo continente habría tardado más en reponerse luego de las dos guerras mundiales. Para bien o para mal, esta familia ha influido en la construcción del mundo que hoy conocemos, todo gracias a la visión y determinación de su fundador, Mayer Amschel Rothschild, y sus 5 “flechas”, que tenían claro que debían dominar la economía para poder gobernar el mundo; algo que quedó inmortalizado en manifiesto en las palabras de Nathan Mayer Rothschild:

“Me da igual qué marioneta esté sentada en el trono de Inglaterra, para gobernar el imperio donde nunca se pone el sol. El hombre que controla la fuente de dinero de Inglaterra, controla el imperio británico… y yo controlo la fuente de dinero de Inglaterra.”

Tomado de: https://www.negociosyemprendimiento.org/2021/11/historia-rothschild-familia-mas-rica-mundo.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email 

 

5 de abril de 2021

La historia del Grupo Sailor y su tema La Cumbia

Sailor es un grupo británico de rock pop/glam mejor conocido en los años 70 por sus éxitos "A Glass of champagne" y "Girls, Girls, Girls", escritos por el líder del grupo Georg Kajanus




Años 70
El lider del grupo Georg Kajanus, había escrito previmaente "Flying Machine" para Cliff Richard en 1971, aunque fue el primer single británico de Richard que falló en alcanzar el top 30. Sailor desarrollo desde Kajanus Pickett, un compositor y cantante, duo que había formado cuando Phil Pickett y Kajanus se encontraron en 1970 en E H Morris, una promotora musical donde Pickett trabajó brevemente. Ellos luego grabaron el album Hi Ho Silver para Signpost Records. Sailor se juntaron por primera vez en 1973 con la adición de los musicos Henry Marsh (ex-Gringo) y Grant Serpell (ex-Affinity).
El trabajo del grupo incluia el Nickelodeon un invento de Kajanus, un instrumento musical hecho de pianos, sintetizadores y "Glockenspiels" que permitia a una banda de 4 piezas reproducir en el escenario los arreglos acústicos que habían hecho en el estudio.
El primer sencillo del grupo fue "Traffic Jam" de su primer album, Sailor. "A Glass of Champagne" lanzado en el año siguiente del album Trouble, alcanzó el puesto N°2 en el ranking de sencillos de Reino Unido. El siguiente "Girs, Girls, Girls" también llegó al Top 10, pero de sus siguientes sencillos, solamente "Ony Drink Too Many" se registró en el Top 40 de Reino Unido.

La agrupación original de Sailor se dividió en 1978, aunque Pickett y Marsh elaboraron mas material como Sailor con Gavin y Virginia David en 1980, con un álbum de la composición de Pickett llamado Dressed and Drowning, producido por James William Guercio en su estudio Caribou en Colorado.

Reencuentro
En 1989, Sailor se reformó para lanzar un nuevo álbum después de un silencio de diez años con dos nuevos sencillos, "The Secretary" y "La Cumbia". La banda volvió a hacer giras en 1993 y actuó en muchos programas de televisión en Europa. En 1995, Kajanus dejó la banda nuevamente para continuar otros proyectos.  La llegada de Peter Lincoln vio a Sailor emitir su primer álbum en vivo, Live in Berlin. El miembro original Marsh se fue en 1999 y fue reemplazado por Anthony England. England dejó la banda en mayo de 2001, para ser reemplazado por Rob Alderton; la nueva formación grabó su primer DVD en noviembre de 2002. En 2004, Sailor fue votada como la 45ava banda de pop más exitosa de los últimos 40 años en Alemania. Una biografía del grupo hecha por James McCarraher, titulada A Glass of Champagne - The Official Sailor Story, fue publicada en junio de 2004 Alderton se fue en julio de 2005 y Marsh regresó al grupo.

Buried Treasure, un doble álbum de material previamente grabado, fue lanzado en febrero de 2006. En septiembre, Lincoln dejó Sailor para unirse a Sweet. Después de esto, el hijo de formación clásica de Marsh, Oliver, se unió a la banda como su nuevo guitarrista y cantante principal. Fue reemplazado en 2009 por Nick Parvin, pero se reincorporó en mayo de 2011 junto con su hermano Thomas, quien se unió como baterista, reemplazando a Serpell.

Miembros de la Banda:
Georg Kajanus (nacido como Prince Georg Johan Tchegodaieff, 9 de junio de 1946, Trondheim, Norway)
1973–1979, 1990–1995: líder y vocalista, Guitarra de 12 cuerdas, acoustic guitars, charango, arpa Veracruzana, armónica, sintetizador, "Klockwork machinery"
Henry Marsh (nacido como Ian Henry Murray Marsh, 8 December 1948, Bath, Somerset)
1973–1999, 2005–al presente: Nickelodeon, acordion, piano, marimbas, bajo sintentizado y guiro, sintentizador, guitarras electrica y acustica, programación de computadora, voz
Phil Pickett (nacido como Philip Stuart Pickett, 19 November 1946, Münster, Germany)
1973–al presente: bajo Nickelodeon, piano, guitarron, cuerdas sintetizadas, calliope, xilofono, bajo, bajo cruz, órgano Hammond, mandolina, arpa, voz (voz lider en Dressed for Drowning)
Grant Serpell (nacido como Stephen Grant Serpell, 9 February 1944, Maidenhead, Berkshire)
1973–1979, 1990–2011: batería, percusión, voz
Gavin David
1980: voz
Virginia David
1980: Voz principal y secundaria
Peter Lincoln
1996–2006: Guitarra de 12 cuerdas, guitarra acústica, guitarra eléctrica, charango, voz principal
Anthony England
1999–2001: Nickelodeon, voz
Rob Alderton
2001–2005: Nickelodeon, acordion, voz
Oliver Marsh
2006–2009: guitarra, voz principal
Nick Parvin
2009–2011: guitarra, voz principal
Oliver Marsh
2011– presente: guitarra, voz principal
Thomas Marsh
2011–presente: Batería, percusión, voz

Tema: La cumbia
Artista: Sailor
Álbum: La Cumbia
Año: 1990
Licencias: WMG, SME (en representación de PLG Denmark); LatinAutor, UNIAO BRASILEIRA DE EDITORAS DE MUSICA - UBEM, UMPG Publishing, SOLAR Music Rights Management, Abramus Digital, LatinAutor - UMPG, Sony ATV Publishing, CMRRA, LatinAutorPerf y 4 sociedades de derechos musicales.

Video:

Letra: 

We do the Cha-Cha
we do the Rumba
but we prefer to do the Cumbia.
We do the Conga
we do the Samba
but we prefer to do the Cumbia.

Cumbia para el deseo.
Cumbia para la pasion.
Cumbia para la pena del corazon.

Cumbia siempre contigo.
Cumbia siempre el amor.
Cumbia para momentos de mas calor.

We do the Cha-Cha
we do the Rumba
but we prefer to do the Cumbia.
We do the Conga
we do the Samba
but we prefer to do the Cumbia.

Cumbia.
Cumbia.

Cumbia para toda la noche.
Cumbia para mi obsesion.
Cumbia como latidos del corazon.

Cumbia siempre contigo.
Cumbia siempre el amor.
Cumbia para momentos de mas calor.

We do the Cha-Cha
we do the Rumba
but we prefer to do the Cumbia.
We do the Conga
we do the Samba
but we prefer to do the Cumbia.

Cumbia 
Cumbia 
Cumbia
Cumbia - El pulso de mi corazón

Cumbia 
Cumbia 
Cumbia
Cumbia

(Instrumental)

Cumbia 
Cumbia

We do the Cha-Cha
we do the Rumba
but we prefer to do the Cumbia.
We do the Conga
we do the Samba
but we prefer to do the Cumbia.

We do the Cha-Cha
we do the Rumba
but we prefer to do the Cumbia.
We do the Conga
we do the Samba
but we prefer to do the Cumbia.

16 de octubre de 2018

Los 5 mejores paises para emprender

¿Tienes en mente comenzar un negocio en el extranjero pero todavía no sabes por qué país decantarte? Cada vez es más habitual que los emprendedores opten por abandonar su ciudad natal y decidan lanzarse a la aventura en un país con un clima económico favorablepara su proyecto. Por supuesto, no existe un único destino perfecto para todos los casos, muy por el contrario existen distintos factores que tendrán un impacto en tu actividad empresarial que deberás valorar, tales como la cultura del emprendimiento, los impuestos, las cuestiones burocráticos o los niveles de corrupción.
Además, hay que tener en cuenta que al iniciar un negocio en otro país, deberás adaptarte a sus costumbres y cultura, así como informarte de los gustos y las preferencias a nivel comercial, ya que te estarás enfrentando a un público completamente nuevo. Por todo ello y por mucho más, se trata de una opción tan excitante y ambiciosa como difícil en cualquier sector del mercado. Para ayudarte a tomar la decisión, te proponemos una serie de opciones que puedes tener en cuenta. ¿Estás preparado para el desafío?

5 Grandes países para emprender

1. Australia

Australia
Australia es un país en continuo crecimiento, con una baja tasa de desempleo e inflación, una deuda pública reducida y un fuerte sistema financiero. Estas condiciones han generado que el emprendimiento haya ganado especial relevancia en los últimos tiempos en este país. Además, el proceso de creación de empresa en Australia dura apenas dos días y tiene un coste relativamente bajo (aproximadamente 300 dólares). Cada año miles los jóvenes de todo el mundo se marchan a trabajar a Australia gracias a la cantidad de trabajo disponible, pero cada vez son más los que lo hacen con la idea de lanzar sus propios proyectos allí.
Al respecto, es importante destacar que el gobierno australiano ha propuesto introducir una nueva visa para todo aquel que quiera establecer un negocio en el país y que no requerirá ningún desembolso ni exigencias financieras obligatorias, únicamente demostrar un inglés vocacional. Por el momento, el gobierno federal ha dado su respaldo al programa en Australia del Sur, con el fin de fomentar el crecimiento empresarial y la inversión en el campo de la innovación. Un panorama todavía más alentador para dar el paso y vivir en Australia con tu nuevo negocio.

2. Estados Unidos

Estados Unidos
Estados Unidos, aún a día de hoy, sigue siendo “La Meca” del emprendimiento. Y no se trata únicamente de Silicon Valley… Nueva York, Seattle, Austin, Chicago y Boston son también algunos de los hubs tecnológicos y de emprendimiento más importantes a nivel mundial.
Entre las principales ventajas que ofrece Estados Unidos se encuentran las facilidades a la inversión extranjera, un mercado de más de 320 millones de habitantes, infraestructuras, madurez del ecosistema emprendedor y por supuesto: talento. En Estados Unidos están algunas de las mejores y más innovadoras universidades y además es un país receptor de talento. Cada año miles de jóvenes bien formados emigra a Estados Unidos desde todos los rincones del mundo para encontrar su oportunidad.

3. Alemania

Alemania
La reputación de la que goza Alemania como una nación destacada reside principalmente en la fortaleza de su economía, las oportunidades, la innovación la igualdad de género y la transparencia de su gobierno, factores de importancia clave a la hora de ocupar los primeros puestos en los ránkings de emprendimiento. Tanto es así que ciudades alemanas como Berlín, Hamburgo, Múnich o Colonia son escenarios que destacan por su tasa de desarrollo de startups, así como por otras ventajas relacionadas con su ambiente multicultural y la calidad de vida ofrecida.
Para comenzar un negocio en este país, principalmente, bastará con ir a la oficina de hacienda y rellenar unos formularios para que te entreguen tu identificación fiscal, aunque deberás informarte de si tu negocio necesita algún permiso especial, algo que depende del tipo de actividad desempeñada. Y aunque lo cierto es que tanto el desconocimiento del mercado como del idioma son obstáculos que no pueden ignorarse, todo es cuestión de dar el primer paso; hay que tener en cuenta que el inglés es una lengua extensamente hablada en este país.Otro factor a tener en cuenta es la facilidad de acceso y residencia, mucho más sencillo si tienes una nacionalidad de la unión económica europea.

4. Suiza

Suiza
En los últimos tiempos Suiza ha sido considerado como uno de los países más atractivos tanto para vivir como para trabajar, y no sólo por ser una de las naciones más ricas del mundo, sino también porque se ha convertido en una auténtica cuna para los nuevos negocios. Los factores que favorecen ese hecho son el fácil acceso al financiamiento, la detallada definición de su marco fiscal, los beneficios tributarios y una mano de obra altamente cualificada.
La creación de una empresa es verdaderamente fácil puesto que no requiere grandes formalidades. Si bien es cierto que no es un país que destaque por conceder importantes ayudas económicas, existe un gran abanico de instituciones y organizaciones dispuestas a prestar toda la ayuda requerida en la fase de creación empresarial, así que no hay motivo por el que frenarse.

5. Canadá

Canadá
Canadá es uno de los países más business-friendly, no sólo gracias a su fuerte apuesta por una iniciativa empresarial moderna, sino también por la oportunidad de gozar de una alta calidad de vida y de iniciar un negocio con gran visión de futuro con mano de obra cualificada. Por si todo ello no fuera suficiente, además la creación de una nueva empresa no requiere un capital mínimo y su proximidad cultural y territorial con Estados Unidos hace que prácticamente compartan mercado.
En definitiva, es uno de los mejores países del planeta para iniciar un negocio, especialmente para los inmigrantes y en los sectores que presentan un mayor crecimiento como las telecomunicaciones, el turismo, internet o la aeronáutica.
Además de esta selección de países, existen muchos otros con grandes hubs de emprendimiento como Israel o Singapur pero en estos casos la barrera idiomática puede ser mayor.

10 de noviembre de 2010

La conjetura Perelman

26 OCT 10 | La conjetura Perelman
El genio, el hombre, el enigma
El extraño personaje de Grisha Perelman, uno de los matemáticos más importantes del mundo. Resuelvo las conjeturas más compleas y rechaza los premios más millonarios.

El País
  RODRIGO FERNÁNDEZ

Cabello despeinado, barba hirsuta, uñas largas, mirada reconcentrada, a veces perdida, ropa vieja. Quien se tope con este personaje en la calle -cosa difícil, porque casi no sale ya de su apartamento, salvo a comprar alimentos a la tienda más cercana- seguramente lo tomará por un simple vagabundo, un bombzh. A nadie se le pasaría por la mente que ese hombre desaliñado es un genio, el mayor matemático de los últimos tiempos, que encaja en el paradigma del científico chiflado. La gente considera que efectivamente ha perdido la razón, pero no por su dudosa higiene y aspecto, sino, ante todo, por haber rechazado el millón de dólares de recompensa que le otorgó el Instituto Clay de Matemáticas (Massachusetts, EE UU) por haber resuelto la conjetura de Poincaré -uno de los siete problemas del milenio-, y se negó a recibirlo a pesar de vivir con su madre en precarias condiciones.
"No contestaré a ninguna pregunta", dice a EL PAÍS muy tranquilo, con voz cristalina, casi de niño, sin el menor atisbo de alteración. Su voz transmite cortesía y el tono es más que amable. Pero esta calma desaparece cuando tratan de ofrecerle dinero, a él o a su madre, a la que arranca el teléfono de las manos, y entonces puede gritar y mostrarse grosero, incluso con gente que le ha ayudado en su carrera. Perelman recibe esas muestras de solidaridad o de preocupación como un insulto. Grisha Perelman -su nombre es Grigori, pero él siempre ha firmado con su diminutivo ruso-, que de niño fue entrenado para ganar y recibir premios, a partir de cierto momento los rechazó todos. ¿Qué hizo que empezara a negarse a aceptar distinciones, a los ojos de todo el mundo merecidas, y comenzara a cortar relaciones y a encerrarse en sí mismo?
Un aficionado al ajedrez probablemente asociaría el caso de Perelman con el de Bobby Fischer, y quizá no anduviera muy errado: muchos especialistas consideran que ambos genios desarrollaron el mismo mal, una especie de autismo conocido como el síndrome de Aspergen. Opinión con la que, por cierto, su primer maestro está en total desacuerdo.
Antes del millón de dólares, Grisha había rechazado un premio de la Sociedad Matemática Europea y luego hizo lo mismo con la medalla Fields, llamada frecuentemente el Nobel de las Matemáticas, que debería haber recibido en Madrid en 2006, durante el Congreso Internacional.
Al comienzo, nada indicaba que su carrera iba a llegar a las más altas cimas y que -después de que el destino hubiera permitido que triunfara en la ciencia a pesar de los numerosos escollos que un judío como él encontraba en su camino en la antisemita Unión Soviética- terminaría en tragedia -para el mundo científico, al menos-, en el abandono de las matemáticas y en el encierro en sí mismo. Encierro que es prácticamente total, pues Grisha ya no se comunica con nadie, a excepción de su madre; se niega a conceder entrevistas, no responde si a uno se le ocurre ir a verlo y tocar a la puerta de su apartamento, e incluso ha roto todos los vínculos con la mayoría de sus antiguos colegas y maestros.
Grisha se refugia del mundo en Kúpchino, un barrio en el sur de San Petersburgo donde el metro muere. Construido en los años sesenta del siglo pasado, Kúpchino es un típico suburbio dormitorio. La gente que vive cerca de la casa de Perelman -un edificio tipo de nueve plantas-, los que trabajan en las tiendas adonde suele ir, ahora le reconocen. Muchos cuando lo ven sacan sus móviles, con los que le hacen fotos; pero la mayoría se comporta como Grisha quiere: lo dejan en paz.
Perelman se inició en el campo de las matemáticas muy temprano, siendo un niño, como se acostumbraba en la época soviética. Su madre, Lubov, era una talentosa matemática a la que su maestro incluso llegó a ofrecer un puesto en el Instituto Herzen, donde él mismo enseñaba. Esto era un honor, ya que su nombramiento iba a ser difícil por dos razones: primero, porque era mujer -es decir, potencialmente madre, con lo que su consagración a la ciencia resultaba incierta-, y segundo, porque era judía.
Pero Lubov desechó entonces el ofrecimiento por la sencilla razón de que se acababa de casar y quería crear una familia. Pasó más de una década antes de que Lubov volviera a ver a su maestro. Se toparon en la calle y ella le contó que tenía un hijo, Grisha, que mostraba dotes para las matemáticas, como lo probaba su reciente participación exitosa en un concurso del barrio donde vivían, en los suburbios de Leningrado, hoy San Petersburgo. Y le preguntó qué podía hacer para desarrollar ese talento.
Garold Natanson, que así se llamaba el maestro de Lubov, llamó entonces a Serguéi Rukshín, según cuenta él mismo a EL PAÍS, entonces un joven matemático con un don especial para preparar a niños. El resultado de esa conversación fue que Grisha ingresó en 1976 -recién cumplidos los 10 años- en el círculo de matemáticas que funcionaba en el Palacio de Pioneros de Leningrado.
Estos centros de élite, repartidos por la URSS, eran como grandes clubes donde funcionaban numerosos círculos para niños: de matemáticas, de ajedrez, de deportes, de música... Grisha, de hecho, llegó al Palacio de Pioneros de Leningrado sabiendo ya tocar el violín, instrumento que también había estudiado su madre, que era profesora de matemáticas en una escuela.
Como recuerda Rukshín, que en esa época tenía solo 19 años, Grisha acababa de cumplir los 10 años y no era el benjamín del círculo, ni tampoco el más brillante ni el mejor en las competiciones. Y no lo fue hasta varios años después. Era bueno, talentoso, y a diferencia de la mayoría de sus compañeros, se mostraba tranquilo, callado.
Incluso para solucionar los problemas era introvertido; prácticamente no escribía nada previo, no hacía cálculos en el papel, todo lo analizaba mentalmente hasta que obtenía la solución, que pasaba entonces a la hoja que tenía delante.
Había signos que indicaban que la solución estaba próxima: podía tirar una pelota de pimpón contra la pizarra, caminar de allá para acá, marcar un ritmo con un lapicero en el pupitre, restregaba sus muslos -los pantalones que usaba llevaban la marca de esa costumbre- y luego se frotaba las manos, además de emitir ruidos parecidos a quejas o zumbidos, que eran, en realidad, tarareos de alguna pieza musical, como Introducción y rondó caprichoso de Camille Saint-Saëns.
Al principio, Grisha no era el mejor. Pronto llegó a serlo y se convirtió en el alumno preferido de Rukshín. Éste siempre ha defendido que los niños deben concentrarse en aquello que mejor les resulta. Esta posición, dice sonriendo, ha resultado beneficiosa tanto para el ajedrez ruso como para el español. Así, aconsejó a Alexandr Jalifman, el futuro campeón mundial de ajedrez, que se consagrara al juego-ciencia y no a las matemáticas; lo mismo hizo con Valeri Sálov -el gran maestro ruso que en 1992 se mudó a España-, a quien prácticamente expulsó de su círculo matemático.
Probablemente esta concepción de Rukshín hizo que Grisha abandonara sus clases de violín para entregarse por completo a las matemáticas. Su maestro insiste en que no le obligó a dejar la música; al contrario, lo introdujo en la música vocal, a la que Perelman no estaba acostumbrado.
El que dejara de tocar el violín no significa que Grisha renunciara a la música. La verdad es que incluso hoy es una de sus pocas aficiones; le gusta la ópera, y hasta hace poco solía comprar las entradas más baratas en el gallinero del Teatro Mariínski (ex Kírov). También se le puede ver a veces en los conciertos de jóvenes cantores.
Rukshín no solo fue el descubridor de Perelman, sino su primer maestro, el que lo formó y fue su primer tutor científico. Entre ambos se creó una relación especial. Al acercamiento con Grisha contribuyó probablemente el que después de las clases en el Palacio de Pioneros, dos veces por semana, hacían juntos el trayecto en el metro hasta la última estación, Kúpchino, el barrio de Perelman. Rukshín tenía que tomar allí un tren de cercanías hasta su casa, que en ese tiempo estaba en la ciudad de Pushkin.
A los 14 años, Rukshín comenzó a darle clases intensivas de inglés, para que Grisha pudiera entrar en el colegio especializado en física y matemáticas, la famosa Escuela Número 239 de Leningrado. El inglés era el idioma extranjero que estudiaban allí, mientras que en su escuela Grisha había aprendido francés. Al final de las vacaciones, Rukshín había logrado lo imposible: que Grisha estuviera al nivel requerido, o sea, había hecho en menos de tres meses lo que los otros niños habían conseguido en cuatro años.
Grisha ingresó junto con sus compañeros del club en la famosa escuela. Se trataba de la primera vez que, en lugar de dispersar a los miembros del círculo de Rukshín en diferentes clases, los pusieron a todos en una. Así comenzaba otro experimento ideado por Rukshín -no separar a los niños superdotados-, aunque entonces ellos formaran solo la mitad del curso; hoy ya hay clases que funcionan exclusivamente con chicos especialmente talentosos para la ciencia.
El elegido como profesor jefe en la clase de estos superdotados fue Valeri Rízhik, un pedagogo innato, según asegura Masha Gessen en su libro Perfect rigor: A genius and The mathematical breakthrough of the century, dedicado a Perelman.
La idea de Rukshín de no separar a los pequeños genios generó polémica, pero finalmente se impuso; el mismo Rukshín seguiría preparándolos en el club particularmente para las olimpiadas de matemáticas. Rízhik recuerda que Perelman se sentaba al fondo de la clase, nunca hablaba, salvo cuando veía un error en las demostraciones que los niños hacían en la pizarra; entonces levantaba apenas la mano y corregía. Era un chico que se tomaba las reglas al pie de la letra, y por eso nunca se distraía.
Rízhik solía llevar los domingos a los niños de su clase a caminar por el campo o por el bosque, y en las vacaciones, a largas excursiones a otras regiones de Rusia. Grisha nunca fue a ninguna, ni asistió a los Martes Literarios que organizaba su profesor. La opinión de Gessen de que Rízhik desempeñó un importante papel como pedagogo no es compartida por Rukshín, que otorga más méritos a Nikolái Kuksa, ex oficial de submarino que protegió a Grisha durante sus estudios en la Escuela Número 239.
A pesar de sus excentricidades y de su dificultad para comunicarse con otros, Perelman siguió su carrera matemática con relativa normalidad, sobre todo gracias a las personas que, viendo su talento, lo protegieron y consiguieron que fuera admitido en la discriminatoria Facultad de Matemáticas de la Universidad de Leningrado, que solo aceptaba a dos judíos al año. La táctica seguida para ello fue conseguir que Perelman formara parte del equipo olímpico ruso de matemáticas, ya que sus miembros ingresaban automáticamente en la Universidad que eligieran. Grisha no solo lo consiguió, sino que logró un extraordinario resultado en las Olimpiadas de Budapest: 42 problemas resueltos de un total de 42.
Perelman vivía en su propio mundo, ignorando la realidad del mundo exterior, que creía que era justo y que funcionaba como debía, siguiendo reglas claras. Nunca se interesó por la política, tampoco por las chicas, ni se enteró de que la sociedad soviética era antisemita. Su madre, sus profesores y entrenadores se preocuparon de protegerle de esa realidad exterior, de solucionar sus problemas y de garantizar que pudiera dedicarse exclusivamente al mundo de las matemáticas. Fue gracias a ellos -Rukshín, Kuksa, Rízhik, Alexandr Abrámov en el colegio y las competiciones; Víktor Zalgaller, Alexandr Alexándrov y Yuri Burago después- como Perelman pudo terminar la facultad, obtener su doctorado, ganar becas en el extranjero, dar charlas y enseñar.
A los 29 años, estando en EE UU, la Universidad de Princeton mostró interés por contratarlo como profesor asistente, pero él se negó a presentar un currículo; dijo que si lo querían, que le dieran un puesto de profesor titular. No lo hicieron y lo lamentarían.
Perelman fue a Princeton a principios de 1995 a dar una conferencia sobre su prueba de la Conjetura del alma (Soul conjecture) y para entonces se había convertido ya en el mejor geómetra del mundo. ¿Por qué esas exigencias, para qué querían un currículo suyo si habían asistido a sus conferencias? Encontraba absurdo que le pidieran datos sobre su persona. Tampoco aceptó una propuesta para ser profesor titular en Tel Aviv.
De vuelta a San Petersburgo ese mismo año, terminado su Miller Fellowship en Berkeley, Perelman regresó a casa con su madre y al laboratorio de Burago.
Grisha parece haber desarrollado una especie de alergia a los premios a mediados de los noventa. En 1996, la Sociedad Matemática Europea celebró su segundo congreso cuatrienal en Budapest, en el que instituyó premios para matemáticos menores de 32 años. Burago, Anatoli Vérshik, entonces presidente de la Sociedad Matemática de San Petersburgo, y Mijaíl Grómov, el introductor de Perelman en Occidente, presentaron a Grisha, cuya candidatura salió victoriosa. Pero éste, al enterarse, dijo que no quería el premio y que no lo aceptaría; incluso amenazó con montar un escándalo si anunciaban que él era el ganador.
Extraña actitud en una persona que había sido entrenada para ganar olimpiadas, y por tanto, premios. Nunca en su época de competidor había dado indicios de oponerse a los galardones. Más aún, sus fracasos -dos seguidos- fueron los que, según Rukshín, hicieron que Perelman se pusiera las pilas y trabajara duro para triunfar y convertirse en un auténtico científico.
Además, ya como matemático puro y duro, recibió a principios de los años noventa un premio que le otorgó la Sociedad de Matemáticas, que aceptó gustoso.
Todo apunta a que empezó a irritarle la idea de que otra persona pudiera juzgar su trabajo, cuando él se consideraba ya el mejor del mundo. Además vivía bajo una enorme autoexigencia, que le llevaba a considerar que no era merecedor del premio en cuestión, entre otros motivos, porque no había completado su trabajo todavía.
Esta conciencia de su superioridad unida a su rigidez moral -modelada en torno a la figura ideal de Alexándrov, con la exigencia de decir siempre la verdad y solo la verdad- es lo que, según quienes le conocieron, le lleva a rechazar ese premio y otros posteriores.
Paralelamente comienza a autoaislarse de la comunidad científica, aunque participa en actividades matemáticas con niños. Pero en 1996 deja de contestar a los correos electrónicos de sus colegas norteamericanos y prescinde de discutir sus proyectos. A partir de ese momento, nadie sabía en qué estaba trabajando Perelman, aunque seguramente fue cuando comenzó su asalto a la conjetura de Poincaré.
Que Grisha no había desaparecido del todo quedó claro cuatro años más tarde, cuando el matemático norteamericano Mike Anderson recibió un correo electrónico en el que el genio ruso le planteaba algunas dudas sobre un trabajo que este acababa de publicar.
Dos años y medio después se confirmó que Grisha no era de esos talentos prometedores que de pronto se paran y quedan empantanados. El 2 de noviembre de 2002, Anderson recibió, al mismo tiempo que un puñado de matemáticos, otro correo de Perelman en el que informaba de que había colgado un nuevo trabajo en Internet.
De hecho, se trataba de la demostración de la conjetura de Geometrización y de la de Poincaré, aunque él no lo especificaba. Anderson leyó el trabajo, comprendió su importancia e invitó a Perelman a EE UU, cosa que, para su sorpresa, éste aceptó. Al mismo tiempo, envió correos a otros matemáticos llamándoles la atención sobre lo que Grisha había publicado en la Red.
Un año más tarde, el 10 de marzo de 2003, Perelman colgó una segunda parte de su trabajo, mientras hacía los trámites para el visado que le permitiera viajar de nuevo a EE UU. En Norteamérica, Perelman dio magníficas conferencias y comentó a un colega que creía que pasaría un año y medio o dos antes de que se comprendiera la demostración expuesta en su trabajo.
Al mismo tiempo, comenzaron los problemas. The New York Times publicó dos artículos en los que escribía que Perelman había asegurado que había probado la conjetura de Poincaré e insinuaban que lo había hecho para ganar el millón de dólares de recompensa anunciado por el Instituto Clay. Para Grisha, esto, además de ser completamente falso, era un insulto. La verdad es que había empezado a trabajar en Poincaré mucho antes de que el Clay seleccionara los siete problemas del milenio y nunca había tenido especial interés por el dinero.
Perelman rechazó las numerosas ofertas que le hicieron para quedarse en EE UU y regresó a San Petersburgo en abril de 2004. El 17 de julio colgó la tercera y última parte de su trabajo. Si la primera era de 30 páginas y la segunda de 22, esta tenía apenas siete.
Paradójicamente, el hecho de que Grisha colgara su prueba en Internet y se negara a publicarla en una revista especializada -como era la costumbre y una de las condiciones del Clay para dar el millón de dólares- impulsó una amplia discusión sobre su trabajo, abierta y pública, que se desarrolló en seminarios y conferencias especiales.
Algunos matemáticos acometieron la tarea de explicar los trabajos de Perelman y su demostración de las conjeturas de Poincaré y Geometrización, pero también hubo otros que trataron de robarle los laureles y se autoproclamaron como los verdaderos artífices de la solución. Al final tuvieron que dar marcha atrás y reconocer el mérito a Grisha, pero todo esto, así como la demora del Instituto Clay en reconocer la prueba, unida a la indiferencia de sus colegas rusos -que no salieron en su defensa cuando trataron de robarle su logro- debieron abrir una herida profunda en Grisha.
La desilusión en el mundo de los matemáticos, que él creía perfecto y puro, fue creciendo a su regreso de EE UU, al tiempo que aumentó su autoaislamiento. Hasta que en diciembre de 2005 renunció al puesto en el Instituto Steklov, donde trabajaba. Cuando lo hizo, anunció que abandonaba las matemáticas.
Al año siguiente, Perelman recibió un correo electrónico del comité encargado del programa del congreso mundial en el que deberían entregarle la Medalla Fields, invitándole a dar una conferencia con motivo de esta entrega. Pero ni siquiera respondió. Y cuando el director del Steklov habló con Grisha, este le dijo que no había contestado porque los nombres de los miembros del comité eran secretos y él no participaba en conspiraciones.
Si puede haber cierta lógica en el rechazo al premio de la Sociedad Europea -no consideraba completado su trabajo- y en el de la Medalla Fields, que es un estímulo a los ma-, es más difícil comprender su renuncia al millón de dólares del Instituto Clay, que se entrega por solucionar un problema determinado.
Rukshín sostiene que el rechazo al dinero se debió principalmente a la profunda desilusión que sufrió al ver la injusticia de la comunidad matemática y lo que él consideraba deshonestidad, como se lo explicó a John Ball, presidente de la Unión Internacional de Matemáticas, cuando renunció a la Medalla Fields.
Lo que lo desconcertó, lo perturbó, según su maestro, no fue que el mundo fuera imperfecto, sino que el mundo de los matemáticos lo fuera también. Precisamente el mundo que se ocupa de la ciencia más exacta, donde algo o es verdad o es mentira, y donde no hay posición intermedia entre uno y otro extremo, entre correcto o incorrecto. Grisha, según sus allegados, creía que en este universo había un espacio perfecto, el altar de la matemática; él se consagró precisamente a ello y se inventó un paraíso. Y eso también falló. En esto consiste la catástrofe, y aquí, afirma Rukshín, está también la diferencia con Bobby Fischer, que no podía comunicarse con el mundo. Perelman puede: todos sus vecinos atestiguan que se comporta normalmente con ellos, que es sociable y gentil.
Rukshín explica así los sentimientos que llevaron a Grisha a renunciar al millón: "Para comprender a Perelman, imagínese que el teorema es como su hijo, que en la infancia pasó por una enfermedad grave, durante la cual no sabía si sobreviviría o no. Mientras no has demostrado el teorema, mientras continúa siendo una conjetura, es como tu hijo enfermo. Y Grisha estuvo junto a la cabecera de ese hijo nueve o 10 años, luchando por su vida y cuidándolo día y noche. Por fin, el niño sanó, creció, es fuerte y hermoso; pero te lo quieren robar y te lo secuestran. Para Grisha fue como un secuestro cuando trataron de apropiarse del resultado de su trabajo. No pudo aceptar que un teorema pudiera ser comprado, vendido o robado".
Un talento matemático  

  » Grigori Perelman nace el 13 de junio de 1966 en Leningrado (actual San Petersburgo).
» A los 14 años ingresa en la Escuela 239 de Leningrado para jóvenes talentos.
» En 1982 obtiene la medalla de oro en las olimpiadas de matemáticas como miembro del equipo de la URSS.
» En 1996 rechaza el premio de la Sociedad Matemática Europea para jóvenes matemáticos.
» En 2002 resuelve la conjetura de Poincaré.
» En 2005 renuncia a su puesto en el Instituto Steklov.
» En agosto de 2006 rechaza la medalla Fields, considerada el Nobel de las Matemáticas.
» En marzo de 2010 no acepta el premio de un millón de dólares que le concede el instituto Clay de Matemáticas.
Grisha por los puentes de Königsberg
JAVIER SAMPEDRO 

La topología, la especialidad de Perelman, tiene el más encantador de los orígenes. La ciudad de Königsberg, la actual Kaliningrado rusa, tenía siete puentes para salvar el complicado trazado del río Pregel. Cinco puentes daban a una isla interior y los otros dos cruzaban los brazos del río por otros sitios. La gente se preguntaba si sería posible cruzar la ciudad pasando solo una vez por cada puente. Y fue el gran matemático suizo Leonard Euler quien halló la respuesta.
Si llegas a la isla por un puente, se dijo Euler, tienes que salir por otro, luego la isla tiene que tener dos puentes, o cualquier otro número par. Como tenía cinco, la respuesta era no. Lo importante fue el atajo que usó Euler. Se desentendió del mapa real de Kaliningrado casi por completo y solo se quedó con un gráfico minimalista que podría servir para otras muchas ciudades, reales o imaginarias. Prefiguró así la topología, una geometría de las cualidades.
La topología se ocupa de las propiedades de un objeto que permanecen por mucho que se le deforme (sin romperlo ni abrirle agujeros). Como la A se puede deformar hasta una R, ambas letras son equivalentes para la topología. No así la B (con dos agujeros) ni la M (sin ninguno).
Un cubo tiene 6 caras, 8 vértices y 12 aristas. La operación 6+8-12 nos da la característica de Euler del cubo, que es 2. Un octaedro tiene 8 caras, 6 vértices y 12 aristas, lo que nos da una característica de 8+6-12 = 2 otra vez. Sigamos subiendo el número de caras. El dodecaedro da 12+20-30 = 2. El icosaedro da 20+12-30 = 2. Por más que aumentemos el número de caras, la característica sigue siendo 2, y esto vale también para el poliedro de infinitas caras, que es la esfera. Todos estos objetos son intercambiables para la topología: se pueden deformar unos en otros.
Como pasaba con las letras, sin embargo, los objetos con un agujero tienen una característica distinta (0). Da igual que sea una casa de vecinos con su patio, un donut (toro, en la jerga) o una taza de café: todos tienen característica 0 y son equivalentes para la topología, pero en un grupo separado de la esfera y sus acólitos. Unas gafas sin cristales representan otra clase más, con dos agujeros, como un doble toro (dos donut siameses), con característica -2.
Fue otro gran matemático, el francés Henri Poincaré, quien desarrolló sistemáticamente los fundamentos de la topología a principios del siglo XX. Su éxito fue espectacular, pero se dejó pendiente un problema grave. No logró extender del todo los anteriores principios a un mundo de cuatro dimensiones.
En nuestro mundo de tres dimensiones, los objetos sin agujeros, por muy distintos que sean, se pueden reconocer por una propiedad llamada conectividad simple. Significa que si les atas una goma elástica alrededor, siempre puedes recuperar la goma sin desatarla, solo corriéndola. Esto no pasa con un donut. Y Poincaré no pudo demostrar que lo mismo vale en un mundo de cuatro dimensiones (donde la esfera no se puede imaginar, pero sí analizar matemáticamente). Supuso que sí, y esa suposición pasó a llamarse conjetura de Poincaré. Hicieron falta cien años para que Grisha Perelman lograra demostrarla, convirtiéndola en un teorema.
Perelman no solo ha resuelto un problema que se les había resistido a los mejores matemáticos del mundo durante 100 años, sino que para hacerlo ha desarrollado unas herramientas que abren un nuevo continente a la investigación matemática. No olvidemos que, según la relatividad de Einstein, vivimos en un espaciotiempo de cuatro dimensiones. La más abstracta de las disciplinas matemáticas es ahora capaz de descubrir la forma de nuestro universo. Y ha salido gratis.

Fuente: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=67876&uid=202661

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