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La etnia Chimbo, calificada por Waldemar Espinoza como behetría en el periodo prehispanico, a la llegada de los conquistadores refleja una estructura segmentaria andina en su calidad de repartimiento colonia, aunque la configuración de los ayllus mitmas no queda nada claro, bajo la autoridad del cacique mitma Lorenzo Guamarrica (Espinoza 1988:198). Sujetos a Guamarrica estaban varios curacas nativos, que tenian bajo su gobierno a segmentos intermedios de ayllus. Asimismo el repartimiento que fue erigido en corregimiento tuvo un alcalde de indios (elegido entre los curacas) con jurisdicción sobre toda la provincia.
El corregimiento de Chimbo se estructuró con los siguientes pueblos de reducción:
Santa María Magdalena de Chapacoto (dos ayllus mitmas Guayacondos)
Asunción de Azancoto (cinco ayllus, Mitmas caxamarcas, Mitmas "multietnicos del Cusco", Mitmas Huambos y un ayllu de don Antonio Quizarumbay).
San Sebastián de Tumbiguán
San Miguel de Chimbo con 10 ayllus
San Lorenzo de Guamarrica (un ayllu de mitmas Caxamarcas y dos llactayos)
San Rafael de Cumbipamba o pueblo de Santiago (dos ayllus de Llactayos).
Pallatanga (con cinco ayllus)
Tomavela (y La Sal) doce ayllus (Espinoza 1988: 216-217)
La cabecera de la provincia colonial de Chimbo tenia su sede en San José de Chimbo, en esos primeros años, Guaranda no existe aun en los documentos (Espinoza Soriano, 1988: 232). Por su parte la cabecera del pueblo Tomavela fluctuó entre Guaranda y Santa Rosa (la actual ciudad de Guaranda y el pueblo de Santa Rosa).
El Curacazgo Tomavela
La fragmentación de los viejos pueblos andinos fue realmente una tragedia que los indios tuvieron que vivir cada cierto tiempo. Los intereses de los grupos mestizos en especial los comerciantes (en la ruta Ambato - Guaranda - Guayaquil), llevaban a erigir caseríos mestizos en Parroquia rompiéndose con ello los antiguos nexos, mas que todo rituales, con el antiguo pueblo de reducción, así se separaron del pueblo de Santa Rosa Pilahuin en el siglo XIX y Juan Benigno Vela en el siglo XX, fragmentando con ello las grandes unidades étnicas. Un testimonio que guarda el archivo parroquial de Pilahuin entre sus papeles es el testamento del chibuleño Fransisco Simon Malisa (29 de abril de 1868), que se identificaba "residente en el punto Chibuleo, término i jurisdicción de la parroquia de Santa Rosa... soy hijo legitimo de mi padre Don Felipe Malisa i de mi madre Doña Casimira Choco, asimismo soy nieto de mis abuelos antepasados por mi padre de Manuel Malisa i su mujer Antonia Lligalo i por mi madre soy nieto de mi abuelo Antonio Choco y su mujer Rosa M. Cungabusí, todos ya difuntos de la parcialidad de los tomavelas". (Archivo de la Parroquia de Pilahuin). Hoy la creencia más extendida es que Chibuleo es un grupo distinto del de Pilahuin y este respecto de los otros, sin embargo que en su conjunto fueron parte del pueblo Tomavela y Pilahuin parte del ayllu de Simiatug.
El pueblo de Tomavela según los testimonios más antiguos constaba de 12 ayllus y contaba con una población de:
Casados 740
Solteros 169
Viudos 54
Viejos 11
Tributarios 974
(Memoria presentada por los indios Tomavelas al visitador Licenciado Fransisco de Cárdenas en 26 de abril de 1571, Miguel Cantos s/f:258-259).
Su territorio se extiende desde la hoya de Ambato, pasando por los paramos de la cordillera occidental adyacentes a los nevados del Chimborazo y el Carihuayrazo, se introducía hacia la hoya de Guaranda de donde continuaba por Simiatug hasta la costa. El pueblo de Tomavela cuyo asiento prehispánico estaba junto a las Salinas (Salinas de Tomavela), por efectos de ordenamiento colonia, tuvo por asientos a los pueblos de Guaranda y Santa Rosa, las que como cabecera tenían sujetos a doce parcialidades o ayllus: Zimiatug, Guango Liquin, Mondo Quita, Juebene, Chungato, Salinas, Otoso, Cusumunchu, Mulasilli, Silagato, Hillahalo y Chigui. También mantenia poblaciones mitmas en lugares muy distantes como Quito, Chillo (carpinteros), Ambato y Pelileo, y tenia camayos encargados de beneficiar la sal, en Salinas y en Guano (país de los Puruháes (Espinoza S. 1988: 174) actual provincia de Bolívar) encomendados todos al español Diego Montanero.
Este poderoso cacicazgo se mantuvo hasta fines del siglo XVIII, cuando por problemas de sucesión sufrió un primer fraccionamiento, quedando dividido a seis parcialidades por cacicazgo. Dos ramas familiares de los caciques Cando Pilamonga a la cabeza de dos herederas Antonia Cando -hija legitima de Juan Cando, hermano menor del cacique Mateo Cando Pilamonga- y María Cando (bay) Pilamonga -hija legitima de Mateo Cando Pilamonga- inician en 1730 un juicio de sucesión que durará hasta 1775, en la que sus sucesores Don Lorenzo Hallo Zumba -hijo de Antonia Cando y de Don Agustin Hallo Zumba, cacique de Pillaro- y Don Agustin Cando Pilamonga -sucesor de Mateo Cando Pilamonga por via de Mariá Cando Pilamonga, hijo de Cristobal Cando Pilamonga- se dividen el cacicazgo, quedando cada uno con seis parcialidades como se verificó en la posesion realizada por el Alguacil Mayor de Ambato en 5 de agosto de 1787. Dificil saber que parcialidades quedaron con ambos caciques. Cada quien, trató a toda costa de mantener como cabecera de su cacicazgo al pueblo de Santa Rosa y por ello las parcialidades aledañas, en un memorial que presentó don Cristóbal en 24 de julio de 1775, se dice ser cacique de las parcialidades de Simiatug, Salinas, Cusumuncho, Chungato, Juevene, e Hilaló, "situados en el pueblo de Santa Rosa de Pilaguin". Sin embargo, no habia consenso entre los comuneros y sus mandones. Pablo Alliví, principal y mandón de las parcialidades de Chungato, Hillahalo, Palomalin y Salinas; Don Ambrosio Cunalata, principal mandon de la parcialidad de Simiatug; y Don Mateo Cando, principal mandón de la parcialidad de Juevene, expresaron de que: "como por habérsele adjudicado seis parcialidades a don Cristobal Pilamonga, de las doce parcialidades que controvertía con don Lorenzo Hallo Zumba, eligiendo a su paladar y gusto con auxilio del cura, dichas seis parcialidades por parecérsele mejores, no obstante que no le tocan, porque pertenecen a dicho cacique don Lorenzo..." (doc. cit. Fs 1v.). Este cacique más tarde se quejará ante la Audiencia que las seis parcialidades solo eran ya de nombre, porque muchas de ellas habían quedado despobladas, sin tributarios.
Pilahuin en el periodo colonial no figura como parcialidad independiente, sino como parte de la parcialidad y ayllu de Simiatug. En un documento de 1728 que inserta como probanza don Agustin Hallo Zumba, marido de la cacica Antonia Cando, se ve que el padre de ésta fue cacique del "Hayllu y parcialidad de los indios llamados Ximiatug naturales del pueblo de Guaranda y poblados en el de Pilahuin, términos de este pueblo de Santa Rosa de Miñarica. Por su lado, la otra postulante del cacicazgo, doña Maria Cando Pilamunga presentó como testigo a don Lazaro Cunalata "Principal de los dichos indios de la parcialidad nombrada Xiamutug del pueblo de Santa Rosa". Como consta en los documentos coloniales, Pilahuin era un pueblo del ayllu de Simiatug que en algun momento debió servir como cabecera de las doce parcialidades antes de que se funde Santa Rosa.
Los sucesores de las dos cacicas querellantes en la prosecución del juicio ofrecen mayores datos; doña Maria Cando Pilamunga en su probanza presenta como testigo a don Lorenzo Hallo Zumba de 85 años de edad, cacique del pueblo de Tisaleo, quien el 2 de agosto de 1787 declaró que: "los indios que residen en el pueblo de Santa Rosa de Miñarica en la jurisdicción de Hambato que son 12 parcialidades... vinieron del pueblo de Guaranda y se poblaron el de MIñarica" (Doc.cit, fojas 39-39v). Otro de los testigos, blanco y comerciante que hacia viajes entre Guanujo, Guaranda y Riobamba "oyó decir a muchas personas publicamente y a dicho don Domingo / Cando Pilamunga / como doce parcialidades de indios a el sujeto se habian convocado y se retiraron al asiento de Hambato en tiempo de dicho don Pedro Cando Montanero se poblaron un pueblo que llaman Pilaguin... y después los dichos indios y parcialidades hicieron pueblo nuevo de Santa Rosa de Miñarica en tiempos que fueron de don Pedro Cando Montanero (Doc.cit. fs 41v). Un ultimo testigo, natural del mismo pueblo de Pilaguin, Gaspar Sindig el 13 de agosto de 1787 declaró "que vió doce parcialidades de indios mencionadas en ella que había retirado en el dicho pueblo de Pilaguin, del pueblo de Guaranda" y que estos fundaron en tierras de Pedro Cando Montanero el pueblo de Santa Rosa de Miñarica (Doc.cit. fs 45).
Considero que la memoria y la identidad étnicas sufrieron el mismo proceso de desestructuración y de desgaste que el ayllu. El ayllu al que se hace referencia son ayllus territoriales y Tomavela seria un Jatún ayllu al igual que los actuales Turco, Salinas y Ch"allaqullu descritos y analizados por Xavier Izko (1992:77-80). Sin embargo, hou como se verá en el siguiente capitulo, esta categoria organizacional andina está reducida a un conglomerado de parientes cuya expresión espacial es apenas el barrio.
UN 18 DE MAYO MUERE JOSÉ GABRIEL CONDORCANQUI, MÁS CONOCIDO COMO:
TÚPAC AMARU
El 18 de mayo de 1781, en Cuzco, Virreinato del Perú, las autoridades coloniales ejecutaban al líder indígena Tupac Amaru II. Nació en Surinama el 19 de marzo de 1738 con el nombre de José Gabriel Condorcanqui Noguera, hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera.
Por pertenecer a la nobleza indígena incaica, recibió una educación poco común para la época, estudió en el colegio Jesuita San Francisco de Borja, también conocido como el Colegio de Caciques del Cusco, hablaba Quechua, castellano y Latín, se nutrió de los mejores autores nativos y europeos, incluso accedió a textos de autores prohibidos como Voltaire y Rousseau. Sus prósperas actividades económicas lo hicieron blanco de las presiones impositivas de la administración española, además la corona obligó a la mayoría de los indígenas que trabajaban en sus tierras a prestar servicios gratuitamente en las minas de Cuzco.
Los Incas comenzaron a organizarse para enfrentar a las autoridades coloniales y pidieron a José Gabriel, que en su condición de descendiente del último "Sapa Inca", Tupac Amaru, que los guiara, este, abandonando su acomodada vida decide ponerse al frente de la mayor rebelión que enfrentaron las autoridades españolas previo a las luchas independentistas de principios del siglo XIX. José Gabriel cambia su nombre a "Tupac Amaru II" y organiza a caciques, indígenas, mestizos y algunos criollos, para enfrentar a las autoridades coloniales. En un principio la rebelión no pretendía desconocer la autoridad del Rey Carlos III, sino la inoperancia y abusos de los corregidores y autoridades locales, pero poco a poco las protestas se fueron radicalizando y terminaron exigiendo el fin de la esclavitud y el fin de la dominación española.
Con toda la milicia buscándolo, fue capturado el 6 de abril de 1781, luego de largas sesiones de tormentos donde inútilmente se pretendía que aportara los nombres de sus lugartenientes se presentó ante él, José Antonio de Areche, delegado del Rey, para torturarlo y hacerle confesar, Tupac lo enfrenta y le dice "-Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía, Ambos merecemos la muerte". Ante la inutilidad de los interrogatorios se decide ejecutarlo públicamente para doblegar la moral indígena, Tupac fue llevado a la plaza de armas, sus extremidades fueron atadas a 4 caballos cuyos jinetes los hicieron tirar durante un largo rato, físicamente es inexplicable como no pudo ser desmembrado.
Se decidió decapitarlo y luego mutilar su cuerpo, su cabeza fue expuesta en una pica en la plaza de Cuzco, sus brazos y piernas fueron llevadas a Tungasuca, Carabaya, Livitaca y Santa Rosa. Su hijo de 10 años Fernando, fue obligado a presenciar la mutilación de su padre y la muerte a palazos de su madre, para luego ser enviado a España para cumplir prisión perpetua. Su espíritu no fue acallado y se mantuvo vivo en las posteriores luchas por la independencia del Perú, siendo su figura una de las mas importante de la "Gran rebelión americana".
Las 7 claves del éxito y la fortuna de John D. Rockefeller, el hombre más rico de la historia moderna
John Davison Rockefeller fundador de laStandard Oil Company, es considerado como uno de los empresarios más ambiciosos, adinerados, exitosos, poderosos y polémicos de la historia.
A lo largo de su vida, llegó a acumular una fortuna de aproximadamente $1.500 millones de dólares, que equivaldrían en la actualidad a más de $800 mil millones de dólares, lo que lo convierte en la persona rica de la historia moderna. Para que te hagas una idea de la magnitud de su fortuna, la persona más rica del mundo en este momento es Elon Musk, con una fortuna aproximada de $270 mil millones de dólares. De hecho, la fortuna de Rockefeller traída a la actualidad sería mayor que la suma de las fortunas de las 3 personas más ricas del mundo.
Si bien su vida, su carrera, su éxito y su fortuna siempre estuvieron rodeadas por la crítica y la polémica, es innegable que Rockefeller fue un genio para los negocios. Su compañía alcanzó dimensiones sin precedentes y se convirtió en un referente para el desarrollo de teorías administrativas modernas. Además, dejó un legado en diversas áreas a través de su fundación.
A continuación, te presentamos los 7 “secretos” detrás del éxito y la fortuna de Rockefeller. Son 7 elementos clave que nos permiten entender su forma de pensar y hacer negocios, y los cuales tú también puedes aplicar para lograr el éxito financiero y empresarial.
1. Cree en el propósito de tu vida
Rockefeller creía firmemente que su existencia tenía una razón de ser. Al respecto, afirmaba lo siguiente:
“Nadie nunca sospecha qué va a ser de su vida, sin embargo, siempre debes saber que naciste para algo más grande.”
Y esta creencia se vio reforzada cuando ocurrió un hecho que lo marcaría para siempre…
Corría el año 1867 y Rockefeller apenas estaba abriéndose paso en la industria petrolera. El empresario ferroviario Cornelius Vanderbilt, una de las personas más ricas del mundo en ese momento, estaba interesado en llegar a un acuerdo con una refinería de Cleveland. Entre las opciones que consideró se encontraba justamente la refinería del joven Rockefeller, así que lo citó a su oficina en Nueva York para negociar.
Entusiasmado, Rockefeller se preparó para la que consideraba como “la oportunidad de su vida”. Consiguió un tiquete de tren y se disponía a viajar, pero perdió el tren por unos minutos. Luego se enteró de que el tren que iba a tomar se descarriló causando la muerte a la mayoría de los pasajeros.
El empresario tomó este desafortunado episodio como una señal divina, asegurando que, si no había muerto ese día, era porque estaba para grandes cosas:
“Una catástrofe es también una nueva oportunidad.” –Fueron sus palabras.
Lleno de una confianza arrolladora, programó nuevamente su reunión con Vanderbilt y consiguió convencerlo de cerrar el trato con su refinería.
Este acuerdo dio un tremendo impulso a la empresa de Rockefeller, que rápidamente se posicionó como la refinería más grande de Cleveland y eventualmente seguiría expandiéndose hasta convertirse en una de las compañías más grandes del mundo.
Esa creencia de Rockefeller en el propósito de su vida fue, sin duda, una de las mayores claves de su éxito, pues lo llenaba de confianza y lo impulsaba a dar lo mejor de sí mismo en todos los proyectos que emprendía.
2. Ten un propósito más grande que el dinero
Para muchos, Rockefeller fue un ser codicioso a quien solo le interesaba el dinero y el poder, pero, paradójicamente, él argumentaba que su motivación no era precisamente el dinero:
“Nunca he tenido la ambición de hacer una fortuna. La mera creación de dinero jamás fue mi objetivo. Mi ambición ha sido siempre el construir… Si el único objetivo que tienes en la vida es volverte rico, nunca lo conseguirás.” –Afirmaba el empresario.
Cuando Rockefeller fundó la Standard Oil Company, se planteó como propósito iluminar todos los hogares de Estados Unidos con un kerosene seguro, de calidad uniforme y a un precio asequible para el ciudadano promedio. Quería que su producto fuera el estándar en el mercado, el preferido por los clientes. Su estrategia fue un completo éxito. En poco tiempo, el kerosene de Standard Oil Company ya era el más vendido en el país.
Luego, con la caída en la demanda de kerosene debido a la masificación de la energía eléctrica, Rockefeller comenzó a explorar nuevas oportunidades de negocio y se propuso el reto de impulsar los vehículos modernos con los carburantes que producía. En pocos años, la Standard Oil Company alcanzó niveles descomunales gracias a este enfoque, consolidándose como una empresa de escala global.
Si bien es innegable que Rockefeller era una persona extremadamente ambiciosa, es interesante que su ambición lo llevaba a perseguir propósitos más grandes que el dinero. De hecho, criticaba fuertemente a aquellos a quienes solo les interesaba el dinero:
“No conozco nada más despreciable y patético que un hombre que dedica todas las horas del día a ganar dinero por el dinero.” –Decía de forma contundente.
Esta es probablemente la lección más poderosa que podemos aprender de Rockefeller, pues es la base del éxito financiero y empresarial. En lugar de preguntarte: “¿Cómo puedo ganar $1 millón de dólares?”, mejor pregúntate: “¿Cómo puedo ayudar a 1 millón de personas?”. Si logras crear valor para millones de personas, esas personas estarán dispuestas a pagarte y te convertirán en millonario en el proceso.
¿Cuál es ese gran propósito que estás persiguiendo? ¿Qué es eso que te obsesiona y que tiene la capacidad de impactar la vida de millones de personas?
Deja de obsesionarte con el dinero y obsesiónate con aportar valor a la vida de los demás. ¡Ahí está la verdadera riqueza!
3. Aprende a trabajar de forma inteligente
Una característica muy importante de Rockefeller es que le obsesionaba la productividad.
“Una persona no tiene derecho de ocupar el tiempo de otra persona innecesariamente.” -Eran sus palabras.
No le gustaba perder su tiempo ni malgastar sus recursos, por ello procuraba construir sistemas que le permitieran optimizar sus resultados.
El exitoso empresario decía:
“El que trabaja todo el día, no tiene tiempo para ganar dinero.”
Esta corta frase encierra uno de los más grandes secretos del éxito de los millonarios: ellos no trabajan por dinero, hacen que el dinero trabaje para ellos.
La lógica del empleo tradicional funciona bajo el fundamento de intercambiar tiempo por dinero; es decir, te pagan por ceder tu tiempo y tu capacidad productiva a alguien más.
Cuando una persona no es consciente de sus conocimientos, habilidades, talentos y capacidad productiva, prefiere vender su tiempo para que otra persona lo administre. El problema con ello es que el tiempo es vida, por lo que no hay manera precisa de cuantificarlo. Quien decide vender su tiempo, realmente está cediendo su vida a cambio de dinero.
En lugar de vender tu tiempo, inviértelo en construir productos y servicios que puedas comercializar para aportar valor a los demás y generar ingresos para ti. Vender tu tiempo es el peor negocio que puedes hacer. Si no eres dueño de tu tiempo, tampoco eres dueño de tu vida. Son palabras fuertes, pero es la realidad.
Con respecto al Trabajo Inteligente, debes entender que el trabajo duro por sí solo no garantiza el éxito. En tu camino a la riqueza no solo debes aprender a administrar tu dinero, sino también tu tiempo y tu energía. Deja de trabajar por horas y comienza a trabajar por objetivos. La productividad no se mide en horas, sino en resultados. Define objetivos claros que guíen tus acciones y que te permitan avanzar en el desarrollo de tus planes personales, profesionales y financieros.
Si quieres multiplicar exponencialmente tus resultados, es fundamental que aprendas a priorizar y delegar. Identifica cuáles de tus actividades diarias son las que te generan mejores resultados y enfócate en ellas, así sentirás mayor satisfacción por tu trabajo y tu progreso será mucho más rápido. Todo lo que puedas delegar, ¡delégalo! Las personas exitosas no venden su tiempo para ganar dinero, sino que invierten su dinero para ganar más tiempo.
“Prefiero ganar un 1% del esfuerzo de 100 personas, que el 100% de mi propio esfuerzo.” -Afirmaba Rockefeller.
También, aprovecha la tecnología. Usa herramientas que te ayuden a organizar, automatizar y optimizar procesos, así tendrás más tiempo y energía para seguir avanzando en tus planes.
Con respecto a los Ingresos Pasivos, estos hacen referencia a las fuentes de ingresos que no dependen de nuestro trabajo activo. Algunos ejemplos de Ingresos Pasivos que puedes crear son:
Recibir dividendos por ser dueño de acciones de empresas.
Obtener rendimientos por tu dinero a través de fondos de inversión.
Tener una casa o local comercial en alquiler.
Cobrar derechos de autor o royalties por algún invento o creación artística.
Como puedes apreciar, crear un ingreso pasivo requiere de una gran inversión de tiempo, esfuerzo y/o dinero al comienzo, pero, una vez esté listo, te permitirá incluso "ganar dinero mientras duermes". En palabras de Rockefeller:
“¿Mi mayor placer? Ver cada noche las ganancias que desde la mañana me produjeron mis inversiones.”
Si trabajas de forma inteligente e inviertes para crear ingresos pasivos, estarás mucho más cerca del éxito financiero.
4. Permite que el dinero fluya
Además de tener el reconocimiento de ser la persona más rica de la historia moderna, Rockefeller también es reconocido como el mayor filántropo de la historia, pues llegó a donar más de $500 millones de dólares (equivalentes a aproximadamente $270 mil millones de dólares en la actualidad). Con este dinero financió diversas causas sociales relacionadas con educación, investigación científica y salud pública.
Este sentido filantrópico se debe a que Rockefeller veía el dinero como una corriente de agua que debía fluir para cumplir con su propósito y generar un impacto positivo en su entorno:
“Dios me dio mi dinero. Siempre he considerado un deber religioso ganar todo el dinero que honradamente pudiera y usarlo por el bien de mi prójimo según los dictados de mi conciencia…. Yo creo que es un deber del hombre hacer todo el dinero que pueda, conservar todo el que pueda y entregar a otros todo el que pueda.” -Decía el empresario.
También, en múltiples ocasiones dejó claro que no le interesaba llevar una vida de lujo, ocio y placer. Prácticamente dedicó toda su vida a la actividad empresarial. Cuando renunció a la presidencia de su compañía en 1911, se enfocó por completo a impulsar proyectos filantrópicos hasta su muerte en 1937.
“Es erróneo asumir que los hombres de inmensa riqueza son siempre felices… No se me ocurre nada menos placentero que una vida dedicada al placer.” -Afirmaba Rockefeller.
Para él, la mera acumulación de riqueza no era algo que lo llenara de satisfacción, por ello siempre procuró usar sus habilidades, talentos y recursos en pro de grandes propósitos que trascendieran más allá de su existencia. Hoy su legado continúa presente en diversos sectores, como el energético, el cultural, el educativo y el de la salud. Si bien durante su vida con su dinero pudo financiar sus ambiciones empresariales, su fortuna no se quedó estancada como un charco de agua putrefacta, sino que siguió fluyendo como una gran corriente de agua, tal cual como él lo quiso.
5. Aprovecha las oportunidades
Una de los aspectos más oscuros y polémicos de Rockefeller, era el de su forma de competir, pues no tenía escrúpulos a la hora de arrebatarle mercado a sus rivales.
En 1872, el precio del petróleo sufrió una caída debido a la sobreproducción, haciendo que los productores y refinadores redujeran considerablemente sus beneficios.
Rockefeller, que tenía una perspectiva más amplia del negocio que otros empresarios del sector que solo veían de puertas para adentro en sus negocios, aprovechó la crisis y su poder para seguir expandiéndose.
“La manera de ganar dinero es comprar cuando corre la sangre en las calles.” -Eran sus palabras.
Su objetivo era tener el dominio total del mercado del petróleo. Para lograrlo, puso en marcha un agresivo plan de crecimiento basado en adquirir o destruir a sus competidores. Aquellos que se negaban a venderle, al poco tiempo quebraban como consecuencia de la presión ejercida por Rockefeller, quien recurrió a guerras de precios y a otras estrategias cuestionables para doblegarlos.
Para 1882, Standard Oil Company ya controlaba más del 80% del negocio del petróleo en Estados Unidos y comenzaba a expandirse a otras naciones. Su poder era tal, que el propio Rockefeller se preocupaba de ser acusado de monopolio por las autoridades, dado que por ese entonces el gobierno ya empezaba a intervenir en la reglamentación de la libre competencia entre empresas.
Si bien Rockefeller llevó lo de “aprovechar las oportunidades” a un nivel poco ético, no deja de ser éste uno de los principales secretos de su éxito y del de muchos otros grandes empresarios. Warren Buffett, Carlos Slim y Bernard Arnault, entre otros, también han afirmado que sus fortunas las han construido gracias a aprovechar los momentos de crisis para realizar inversiones significativas y eventualmente beneficiarse cuando la situación económica se estabiliza.
Para aprovechar las oportunidades, hay que prepararse. Dicen que la suerte es cuando se une la preparación con la oportunidad. La mayoría de las personas sueñan con esa gran oportunidad que cambiará sus vidas para siempre, pero nunca se esfuerzan por prepararse para cuando llegue esa oportunidad. Puede que incluso la oportunidad que cambiará tu vida no sea una “gran oportunidad”, sino más bien una “pequeña oportunidad” que supiste gestionar hábilmente gracias a que te preparaste para hacerlo.
Hay que prepararse para las oportunidades; y, si las oportunidades no llegan, el prepararte te permitirá crearte tus propias oportunidades y aprovecharlas al máximo.
6. Nunca te conformes
“Conformismo” es una palabra que no existía para Rockefeller, y esto es algo que se puede apreciar en diferentes momentos de su vida…
Siendo apenas un niño, comenzó a trabajar vendiendo dulces y piedras pintadas a los niños de la zona en que vivía para poder ayudar a su madre con los gastos del hogar. También probó con la cría de pavos y ofreciéndose a realizar tareas para sus vecinos.
En su etapa de adolescente consiguió trabajo como asistente contable por $50 centavos al día. Como el dinero que ganaba no era suficiente, simultáneamente ofrecía sus servicios en otras empresas para generar ingresos extra. Luego de dos largos años de extenuante trabajo, le pidió a su jefe un aumento, pero él se lo negó. Frustrado por lo sucedido, decidió renunciar a su empleo para aventurarse a iniciar una empresa de comercialización de alimentos. Esta empresa creció rápidamente y le permitió construir una pequeña fortuna.
Aunque le iba muy bien con su primera empresa, él quería mucho más, así que utilizó sus ganancias para invertir en una prometedora industria: la industria del petróleo.
Guiado por su ambición, y en compañía de 4 socios, puso en marcha la firma “Andrews, Clark & Company”, dedicada a la refinación de petróleo, la cual llegaría a convertirse en la más grande refinería de Cleveland y eventualmente daría origen a la Standard Oil Company.
Para 1904, Standard Oil Company controlaba el 91% de la producción de petróleo estadounidense y el 85% de las ventas finales. Además, tenía presencia en decenas de países y se posicionaba como una de las empresas más grandes y poderosas del mundo.
Luego de retirarse de la actividad empresarial, el magnate petrolero creó la Fundación Rockefeller, que es considerada como una de las organizaciones filantrópicas más importantes de la historia.
Todos estos logros fueron gestados en gran parte por la mentalidad inconformista de Rockefeller, la cual se explica muy bien a través de una de sus frases más populares:
"No tengas miedo de renunciar a lo bueno para perseguir lo grandioso."
Aquí es importante hablar de “La Zona de Confort”, un concepto que hace referencia a ese estado en que nos sentimos cómodos porque todo nos resulta conocido y seguro.
La gran mayoría de las personas permanecen inmersas en zonas de confort llenas de situaciones que no disfrutan, pero que terminaron aceptando sencillamente porque se acostumbraron a ellas.
Siempre que intentes hacer algo que represente un riesgo o un gasto de energía para tu cerebro, escucharás una voz que te dirá cosas como: "Así estás bien, ¿Para qué arriesgarte?", "¿Y qué tal si no funciona?", "¡Cuánta gente queriendo tener tu empleo y tú quejándote!"... y muchas otras frases que te impiden renunciar a lo bueno para ir tras lo grandioso.
El mundo está lleno de personas que quieren recoger frutos de árboles que nunca han sembrado. Construir riqueza implica toda clase de riesgos y significa que debes estar dispuesto a desafiarte a ti mismo constantemente. Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo los mismos resultados que siempre has obtenido. Entonces, depende de ti si te quedas en la comodidad de lo conocido o te arriesgas a salir de tu zona de confort para ir tras objetivos mucho más grandes.
7. Cree en ti
Rockefeller nunca dudó de sí mismo ni de sus capacidades. Desde que era un ambicioso niño que se las ingeniaba para ganar dinero y ayudar a su madre, ya sabía que iba a lograr grandes cosas.
“A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará. Este es el consejo que conduce al éxito.” -Afirmaba con determinación.
Es una lección que suena a cliché, pero que encierra una verdad incuestionable: ¿Cómo vas a lograr el éxito si no crees en ti mismo?
Siempre habrá alguien que dude de ti, sólo asegúrate de que esa persona no seas tú.
Todos los grandes empresarios de la historia han creído lo suficientemente en ellos y en sus ideas como para tomar acción. Cuando las personas no creen en sí mismas, suelen llenarse de excusas para no tomar acción. Antes de obsesionarte con buscar una gran idea para cambiar el mundo y hacerte millonario, enfócate en trabajar en ti mismo para desarrollar la autoconfianza y las habilidades personales necesarias para asumir el reto de iniciar y liderar un proyecto empresarial. La idea puede fracasar, pero una persona llena de determinación y confianza en sí misma seguirá luchando hasta lograr su objetivo.
Conclusión
Bien, así concluimos estos“7 secretos de Rockefeller que lo hicieron millonario”. Como pudiste darte cuenta, realmente no son secretos complejos, sino más bien lecciones prácticas que sintetizan la forma de pensar y actuar de una de las personas más ricas de la historia. La mayoría de las personas se la pasan buscando toda la vida los secretos del éxito y la fortuna, pero, al analizar casos como el deRockefeller, y el de otros grandes empresarios, llegamos a la conclusión de que “secretos” como tal no hay, pues al final el éxito es el resultado de muchos factores: talento, disciplina, visión, constancia, determinación, ingenio, preparación, paciencia y hasta un poco de suerte.
La historia de Jordan Belfort, «El Lobo de Wall Street»
En 1987, un joven estadounidense de 25 años que quedó en bancarrota después de fracasar con su empresa, decide incursionar en el mundo de las inversiones en la bolsa de valores, llegando a convertirse en tan solo unos años en un famoso y excéntrico millonario. Desafortunadamente, la ambición por el dinero fácil le hizo tomar decisiones equivocadas que lo llevarían a la cárcel y le darían el reconocimiento como “uno de los más grandes estafadores de todos los tiempos”… ¿Cómo sucedió?
¿Cómo se convirtió Jordan Belfort en uno de los más grandes estafadores de la historia?
El protagonista de esta historia es Jordan Ross Belfort, quien nació el 9 de julio de 1962 en el barrio del Bronx, ubicado en Nueva York, Estados unidos.
Jordan creció en un hogar judío en el barrio de Queens junto a sus dos padres, Leah y Max Belfort, una pareja de contadores.
Como su familia era de clase media, Jordan desarrolló desde temprana edad el deseo de convertirse en millonario para solventar las necesidades que pasaban en su casa día a día.
A sus 17 años de edad, impulsado por el deseo de emprender y comenzar a ganar su propio dinero, iniciaría, junto a un amigo de la infancia, un negocio de venta de helados italianos ubicado en la playa. Su objetivo era ahorrar unos cuantos dólares para sus futuros planes. Afortunadamente, el negocio tuvo una gran acogida y le permitió obtener unos $20 mil dólares en ganancias durante la temporada de verano.
Una vez concluyó sus estudios de secundaria, con sus ahorros se propuso a obtener un título de dentista en la Baltimore College of Dental Surgery, pues pensaba que con esta profesión podría alcanzar fácilmente la riqueza. Sin embargo, el primer día de estudios el decano de la institución dijo:
“La edad de oro de la odontología ha terminado. Si usted está aquí simplemente para intentar hacerse rico, está en el lugar equivocado.”
Decepcionado por las palabras del decano, decidió abandonar la carrera y empezó a estudiar Biología en la American University de Washington.
Sus inicios en el mundo empresarial
Tras graduarse, consiguió trabajo en un pequeño negocio de venta de carnes y mariscos puerta a puerta por el sector de Long Island.
Como su salario apenas le alcanzaba para vivir y no prometía la fortuna que él soñaba, entonces, guiado por su ambición y su ingenio, comenzó a invertir el capital restante que poseía para iniciar un negocio propio de venta de carnes y mariscos a domicilio. Con el dinero compró insumos y adquirió un camión para el transporte de los alimentos.
Este negocio fue un completo éxito y creció rápidamente. Al cabo de 7 meses, ya poseía una flota de 27 camiones, cientos de empleados y ventas semanales de más de 2.250 kilogramos de carnes y pescados. Gracias a estos resultados, Jordan se pudo comprar su primer gran auto, un Porsche descapotable rojo.
Pese al rápido éxito que consiguió, Jordan seguía siendo un adolescente sin mucha experiencia ni conocimientos sobre finanzas y negocios, por lo que una serie de malas decisiones llevaron a que su empresa entrara en crisis y eventualmente fuera declarada en bancarrota, pues estaba gastando más de lo que generaba y gran parte de su capital provenía de préstamos bancarios que no podía cubrir.
Incursionando en el mundo de Wall Street
A sus 25 años, quebrado, sin dinero y con un montón de deudas a sus espaldas, el joven fue desalojado de su departamento por no tener para pagar la renta. Esto lo condujo a aventurarse a buscar nuevos rumbos, fue entonces cuando se encontró con un conocido de la infancia que había crecido en su mismo barrio. Él ganaba $1 millón de dólares al año en la bolsa de valores y disfrutaba de grandes lujos.
Lleno de determinación por alcanzar su sueño, aunque sin mucho dinero en sus bolsillos, Jordan decidió probar suerte en el vertiginoso mundo de Wall Street.
“Si hay gente en Wall Street que puede ganar $1 millón al año, yo puedo ganar cincuenta.” -Dijo el joven con gran convencimiento.
Su carrera en el negocio bursátil la inició en la compañía LF Rothschild en un puesto menor que le permitió conocer la dinámica de los mercados de valores y familiarizarse con el ambiente de los vendedores de acciones.
Un tiempo después, consiguió su licencia como corredor de bolsa e, inmediatamente, empezó a poner en práctica todo lo que había aprendido.
Desafortunadamente, el 19 de octubre de 1987 llegaría el terrible “Lunes Negro”, un desplome muy rápido en los mercados de valores que terminó por quebrar a cientos de empresas y obligó a la compañía LF Rothschild a recortar su personal, encontrándose Jordan entre las personas que fueron despedidas.
Una vez más, el destino obligaba a este ambicioso joven a comenzar desde cero, pero ahora las cosas eran distintas, porque contaba con un montón de conocimientos que serían su capital para abrirse paso por su propia cuenta en el mundo bursátil.
Totalmente decidido, junto con su amigo Danny Porush, quien había sido conductor de los camiones de su anterior compañía, fundó en los años 90’s la firma de corretaje Stratton Oakmont.
Convirtiéndose en "El Lobo de Wall Street"
Esta nueva empresa surgió como un boiler room, es decir, una gran sala de comunicaciones especializada en realizar llamadas agresivas con guiones predeterminados que consigue muy rápidamente clientes de todo tipo, esto gracias al empleo de diversas técnicas de persuasión y engaño.
La estrategia deJordany su equipo consistió en centrarse en lasacciones a centavo, aquellas con un valor menor a $1 dólary que presentan una gran volatilidad, pudiendo valorizarse o desvalorizarse de manera drástica y veloz, además de representar mayores comisiones, ya que, mientras las acciones normales solo dan como máximo un1%de comisión, con las acciones a centavo se podían obtener comisiones superiores al50%. Y, otra gran ventaja de este tipo de inversiones, era que no estaban tan reguladas como aquellas a las que se dedicaban la mayoría de firmas deWall Street.
A diferencia de la actualidad, donde adquirir acciones y realizar inversiones en los mercados de valores es algo relativamente fácil que se puede hacer directamente desde cualquier dispositivo móvil o desde una computadora, en la década de los 90’s, si querías invertir, normalmente debías ponerte en contacto con una firma de corretaje. De este modo, Stratton Oakmont surgió como una entidad del mercado extra-bursátil, pues su modelo consistía en entablar por ellos mismos una relación directa entre corredor y cliente.
Inicialmente, el objetivo de Jordan era vender acciones de bajo costo y comisionar el máximo posible a la vez que ayudaba a las personas a ganar algo de dinero con sus inversiones, pero pronto la idea se fue transformando y tomó una dirección poco honesta.
Poco a poco, la compañía empezó a utilizar todo tipo de estrategias agresivas para atraer compradores potenciales y persuadirlos de que invirtieran en alguna empresa pequeña; para ello, mentían o brindaban datos falsos sobre los rendimientos de las empresas. Estas estrategias le permitían a Stratton Oakmont obtener una gran rentabilidad, especialmente con el uso de la conocida como pump and dump, que consiste en la compra barata de acciones de estas pequeñas empresas para posteriormente manipular la información sobre las mismas, hacer que muchos clientes adquieran dichas acciones y conseguir que aumentaran su valor en el mercado. Cuando el valor de las acciones alcanzaba su techo, Stratton Oakmont dejaba de promoverlas y permitía su caída libre, haciendo que todos los inversionistas perdieran dinero, pero quedándose con unas jugosas ganancias de las comisiones y de la venta de sus propias acciones.
Con el fin de aumentar la efectividad en las llamadas, Jordan diseño perfectamente un guion con los argumentos de venta que se tenían que usar con los posibles inversores, algunas de las preguntas más comunes y respuestas para persuadir al cliente. Por ejemplo, cuando se encontraban con algún cliente sagaz, utilizaban un método nombrado como “Kodak Pinch”, que consistía en vender primero acciones de la empresa Kodak, para posteriormente vender alguna de otra empresa basura que tuvieran en su cartera. Esto, sumado a un entrenamiento exhaustivo de sus trabajadores, convirtieron a Stratton Oakmont en la firma más grande del mercado extra-bursátil. Posteriormente, otras compañías empezaron a copiar estas tácticas fraudulentas, como Enron, Park Financial Group y Langbar International.
También, es relevante mencionar queJordanera un hábil y talentoso negociador. En sus llamadas utilizaba técnicas relacionadas con el manejo del ritmo y tono de voz para aumentar la efectividad de su discurso de ventas y recurría al manejo de sesgos mentales para persuadir a sus clientes, tales como el sesgo de escasez, sesgo de autoridad, sesgo de confirmación y principio de consistencia.
En su primer año de operaciones, Stratton Oakmont llegó a obtener ganancias de más de $100 mil dólares al mes en comisiones. Seis años más tarde, ya contaba con más de 1.000 corredores de bolsa y había participado en la emisión de más de $1.000 millones de dólares en acciones de unas 35 empresas.
Este éxito rotundo convirtió a Jordan Belfort en una super estrella en el mundo financiero. Apareció en revistas como Rolling Stone y fue apodado por la revista Forbes cómo “El Lobo de Wall Street”. Sin embargo, la fama y la fortuna que había adquirido no tardaron en subírsele a la cabeza. Su estilo de vida cambió radicalmente, entregándose a todo tipo de excesos cómo el alcohol, las fiestas, los lujos y las drogas. Las fiestas, que se realizaban incluso en las oficinas de su compañía, estaban marcadas por el descontrol total. Se estima que, en dicha época, gastaba hasta $700 mil dólares por noche.
Este estilo de vida desenfrenado le traería toda clase problemas. En 1991, se divorció de su primera esposa, Denise Lombardo, con quien estuvo casado por 6 años. El mismo año de su ruptura con Denise, inició una relación con la que sería su segunda esposa, la modelo londinense Nadine Caridi, aquella en cuyo honor bautizó un lujoso yate que perteneció a Coco Channel y que terminó en el fondo de la costa de Cerdeña luego de que Jordan presionara al capitán para que navegara con condiciones climáticas desfavorables.
El declive y la caída de "El Lobo de Wall Street"
Pronto, la suerte de “El Lobo de Wall Street” empezó a cambiar cuando un regulador de Alabama, llamado Joseph Bong, formó un grupo de trabajo multi-estatal que logró procesar a Stratton Oakmont después de recibir una gran cantidad de denuncias por parte de personas que afirmaban haber sido estafadas por la firma de corretaje.
Jordan fue finalmente acusado en el año 1998 por fraude de valores, lavado de dinero y manipulación del mercado de valores. Debido a su colaboración activa con el FBI, su condena se redujo a 22 meses de prisión y a la indemnización de sus víctimas con $110,4 millones de dólares, dinero que, a la fecha, sólo ha pagado en un porcentaje muy bajo a través del remate de algunas de sus propiedades millonarias y a algunos pagos que ha realizado gradualmente.
Durante su estadía en la cárcel, conoció a Tommy Chong, un actor cómico canadiense que llegaría a pasar varios meses en prisión por presunto tráfico de droga. Fue él quien lo animó a escribir y publicar su historia, intuyendo que sería un gran éxito conocer a fondo la vida de uno de los hombres más particulares de la historia de Wall Street y los mercados financieros. De esta forma, Jordan, al finalizar su condena, publicaría dos best-sellers: “El Lobo de Wall Street”, en el año 2007; y “Atrapando al Lobo de Wall Street”, en el año 2009, dos libros autobiográficos que serían traducidos a 18 idiomas y publicados en más de 40 países. Años más tarde, en el 2017, publicaría “El camino del lobo: Domina el arte de la persuasión, la influencia y el éxito”, un libro en el que comparte un sistema inventado por él mismo para desarrollar las habilidades necesarias para triunfar en el mundo de los negocios.
Además de los libros mencionados, su historia también ha sido llevada a la pantalla grande en películas como “Boiler Room”, estrenada en el año 2000, la cual fue protagonizada por Vin Diesel; y “El lobo de Wall Street”, estrenada en el año 2013, la cual estuvo dirigida por Martin Scorsese e interpretada por Leonardo Dicaprio, Jonah Hill y Margot Robbie.
Gracias a las regalías generadas por todas las obras basadas en su historia, se estima que Jordan ganó aproximadamente unos $2 millones de dólares.
Recientemente ocurrió un hecho bastante curioso: Jordan demandó a la productora de la película de Scorsese, Red Granite Pictures, por el famoso caso de fraude y lavado de activos realizado por uno de los productores, alegando que dichas acciones ilícitas afectaron negativamente los derechos de su historia de vida. Según informaron los medios, Jordan Belfort presentó su demanda en el Tribunal Superior de los Ángeles. Actualmente, continúa defendiendo la postura de que, de haber sabido que la película se financiaría con dinero robado al gobierno de Malasia, nunca hubiera cedido sus derechos.
Iniciando una nueva vida en el mundo de los negocios
En el 2014, Jordan se las arregló para volver a iniciar un emprendimiento, esta vez como conferencista, así fundó Global Motivation Inc., una empresa con la que recorre el mundo dando charlas motivacionales y conferencias cuyas entradas pueden llegar a costar desde $600 hasta $2 mil dólares, y en las que imparte lecciones sobre ética empresarial y el buen manejo financiero de compañías, además de enseñar su modelo empresarial llamado “Straight Line System”. En estas charlas también suele hablar sobre todas sus experiencias, tratando de motivar a los oyentes para que no cometan los mismos errores que él, como bordear la regulación financiera con la excusa de que era algo habitual, lo que no justificaba sus comportamientos y decisiones. Se estima que por estas conferencias llega a cobrar honorarios de $30 mil a $75 mil dólares.
Actualmente, Jordan tiene 59 años, trabaja día a día para limpiar su nombre y aprovechar su segunda oportunidad, aconsejando y motivando a las personas que se inician en el mundo del emprendimiento y los negocios. Y, aunque en 1995 gozó de una fortuna aproximada de $90 millones de dólares, hoy en día posee una deuda de más de $100 millones de dólares con el estado por sus acciones fraudulentas.
Así concluimos la historia de Jordan Ross Belfort, el famoso “Lobo de Wall Street”, un hombre lleno de talentos y habilidades para los negocios, pero que desafortunadamente los usó para mal. Su caso bien podría haber sido el de uno de los más exitosos empresarios del mundo financiero, pero su ambición por el dinero fácil lo llevó a convertirse en uno de los más grandes estafadores de todos los tiempos. Hoy la vida le presenta una segunda oportunidad, pero de él depende si esta vez logra su sueño de hacerse millonario mediante su propio esfuerzo y no a través del engaño y la ilegalidad. En sus propias palabras:
“Stratton Oakmont arrancó con intenciones honestas, queríamos hacer dinero negociando limpio, pero Wall Street te va deformando y se va perdiendo la sensibilidad. En un abrir y cerrar de ojos, la gente se convirtió en números. Tenía solo 25 años y perdí el rumbo. En el mundo real las oportunidades están reservadas para los candidatos más hambrientos. ¡Ten hambre, sé un lobo! No importa lo que te haya ocurrido en el pasado; ¡tú no eres tu pasado! Eres los recursos y las capacidades que hayas extraído de él… y esa es la base para cualquier cambio.”