El oficialista Fernando Cordero fue hoy reelegido como presidente de la Asamblea Nacional de Ecuador para un nuevo periodo de dos años de legislatura.
En una atropellada sesión dominical, Cordero fue ratificado como jefe del Parlamento con el voto afirmativo de 60 asambleístas, tres legisladores votaron en blanco (que se sumaron al vencedor), dos abstenciones y 59 en contra de su candidatura.
La oposición fracasó en su intento de llevar a la silla presidencial legislativa a Betty Amores, una ex aliada del oficialismo que se retiró de ese grupo por discrepancias con el Ejecutivo.
Gritos, carreras por la sala del pleno y denuncias de supuestas irregularidades en el mecanismo de elección se presentaron tras la elección de Cordero, que juró de inmediato el cargo y demandó a sus colegas legisladores poner sus máximas capacidades en la gestión parlamentaria.
La Asamblea ecuatoriana prevé hoy designar, además, a dos vicepresidentes y cuatros vocales del Consejo de Administración Legislativa (CAL) de entre los 124 legisladores que componen el foro parlamentario.
La elección de hoy era considerada por analistas como una medición de fuerzas en la Asamblea Nacional, en un momento en el que el foro legislativo se apresta a tramitar varias leyes claves propuestas por el Gobierno.
El jefe del Estado, Rafael Correa, incluso amenazó con ir a la denominada "muerte cruzada", si perdía la mayoría en la Asamblea, por la cual puede disolver la legislatura y convocar a elecciones presidenciales inmediatas, en las que él podría presentarse.
Se prevé, incluso, que Correa envíe mañana a la Asamblea un proyecto de reforma tributaria para aplicar los llamados "impuestos verdes".
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