Vivimos una realidad sin precedentes, el coronavirus nos ha cambiado de un día para otro nuestros hábitos, nuestra manera de relacionarnos, de trabajar, de consumir… Y todo eso sin preaviso.
En un tiempo récord hemos tenido que ir adaptándonos al confinamiento, a teletrabajar, a conciliar nuestras actividades laborales con el cuidado de nuestros hijos… Hoy ya nadie se sorprende por el hecho de que mientras mantenemos una reunión por zoom, nuestro hijo nos venga a decir que se aburre o que nuestra pareja pase por detrás en pijama. Y toda este proceso de adaptación sucede mientras muchas familias tienen seres queridos enfermos de COVID-19 o han perdido algún allegado.
¿Y cómo se vive toda esta situación? Con miedo, preocupación y mucha incertidumbre porque lo único cierto es que tenemos más preguntas que respuestas.
El otro día una persona me decía que lo peor no era el confinamiento en sí y las medidas de aislamiento y de distanciamiento social que nos han vuelto la vida del revés, sino que lo que la aterraba es la certeza de que cuando el confinamiento acabe, la COVID-19 seguirá existiendo. Que tendremos que aprender a convivir con el coronavirus y a pesar de él porque la vida sigue y seguirá.
“Que extraño es todo, en medio de tantos muertos, siguen naciendo bebés”, me comentaba otra persona cuya hija tendrá el niño a principios de agosto.
Conviviendo con la COVID-19
Y es que las medidas de desescalamiento han llegado y también la primavera. El paisaje repleto de flores, el buen tiempo… todo hace pensar que todo va bien, pero la realidad es otra. La “nueva realidad” como la han llamado nos trae mamparas, distanciamiento social, mascarillas, gran incremento del paro, muchas familias sin ningún ingreso económico y la certeza de que si no hacemos las cosas bien, que si no somos prudentes y responsables, volveremos a un confinamiento estricto que agravará todavía más la ya maltrecha economía.
¿Y cómo gestiona el líder esta nueva realidad?
En uno de mis anteriores artículos os hablé de las habilidades blandas como nuestras principales aliadas para superar esta crisis y cualquier otra. Hoy quiero profundizar en la importancia de recuperar el valor humano que es el principal activo de cualquier organización y que, desgraciadamente, lo dejamos de lado porque primamos los resultados económicos.
Pero lo cierto es que los resultados económicos son fruto del trabajo, la eficiencia y productividad de las personas que integran los distintos departamentos de la empresa.
Si las personas no están bien, no pueden ser productivas.
¿Cómo exigirles resultados a un trabajador que tiene un familiar enfermo intubado en la UCI? ¿Cómo gestionar el miedo, la angustia y la incertidumbre? ¿Cómo ganarnos la confianza de nuestros clientes que ahora prefieren el consumo online porque les da mayores garantías de seguridad? ¿Cómo tomar decisiones en un mercado tan volátil como el actual? ¿Abrimos el local o no? Nadie nos ha preparado para una situación como la actual.
La palabra más escuchada estos días en todas las asesorías que hago es MIEDO. ¿Y cuál es el mejor antídoto para el miedo? El AMOR.
Por eso pienso que el líder en la era COVID19 tiene que ser una persona de una gran calidad humana que sepa transmitir ese amor a sus trabajadores, proveedores y clientes.
Como líder, ¿te has preguntado qué tres necesidades básicas tienen que tener cubiertas tus trabajadores para ser productivos?
Como conocedora de la condición humana, te puedo garantizar que tus trabajadores necesitan tener garantizadas estas tres necesidades: empoderamiento, reconocimiento y confianza.
Pautas para liderar en la Era COVID
- Preocúpate por el bienestar de tus trabajadores, Escucha de manera activa a los miembros de tu equipo, haciéndoles saber que estás presente, que pueden contar contigo y que te interesas por sus inquietudes, por sus opiniones, por sus necesidades.
- Se empático, entendiendo las circunstancias personales de cada uno de ellos y mostrándoles tu apoyo incondicional.
- Reconoce su trabajo, su valía y sus aportaciones.
- Confía en los miembros de tu equipo y tus colaboradores, en su profesionalidad y en su compromiso porque entre todos conseguiréis los resultados deseados.
- Comunica de manera transparente y con humildad. A veces es bueno reconocer que no se tienen todas las respuestas, eso lejos de restarnos autoridad, nos hace más humanos y establece vínculos emocionales con nuestros colaboradores, Admitir nuestra vulnerabilidad como empresa y reconocer que no estamos pasando por un buen momento, si lo comunicamos desde la sinceridad y la honestidad, genera empatía en nuestros trabajadores, que se volcarán y se comprometerán con el proyecto, dando lo mejor de si mismos.
- Revisa el por qué de tu empresa, tener clara la cultura de la organización y que cada uno de tus empleados conozca y haga suyo ese por qué crea un sentimiento de pertenencia y de unión que hace que todos se sientan comprometidos con el futuro de la empresa.
- Cuida y fomenta las relaciones de calidad entre todos los trabajadores. Aunque en estos momentos no compartís un mismo espacio físico, las nuevas tecnologías acortan las distancias. No las utilices sólo para reuniones de trabajo, fija también una hora para reuniones informales como tomaros juntos un café y compartir momentos de distensión.
Si antes de la pandemia del coronavirus ya se hablaba de la importancia de fomentar las relaciones personales en las empresas, de la necesidad de tener muy claro el por qué de la organización y de fomentar el salario emocional. Ahora estos tres ejes son claves para el líder en la Era Covid19.
La Era Covid19 necesita líderes con una triple inteligencia: intrapersonal, interpersonal y emocional.