Los protagonistas de esta historia son Los Rothschild, familia de origen judeo-alemán comúnmente distinguida como la “Casa Rothschild”.
La historia de este linaje se remonta al siglo XVIII, cuando en el año 1743 el señor Amschel Moses Bauer, orfebre de profesión, decidió abrir una tienda de cambio de monedas y préstamos en el gueto judío de Fráncfort, Alemania. Este negocio era muy común en su pueblo, pues los judíos, que habían sido perseguidos por más de 500 años, terminaron por establecerse mayormente en países del este de Europa, y, debido a su gran peregrinación y sus pocos recursos para adquirir tierras, desarrollaron el sistema de préstamos con interés, con los que pudieron generar ingresos sólidos para organizarse y prosperar.
Amschel adquirió una casa de dos pisos en Francfort. En el primer piso estableció su negocio y dejó la segunda planta para uso de su familia. En la puerta de entrada colgó un cartel que representaba a un águila romana sobre un escudo rojo. Con el tiempo, el lugar empezó a ser reconocido como “la tienda del escudo rojo”, es decir, la tienda “Rothschild”, pues en alemán la palabra “rojo” es “rot” y la palabra “escudo” es “Schild”. En el futuro, la familia empezaría a usar el apellido patronímico Rothschild.
El ascenso del apellido entre la sociedad europea la lograría el hijo del señor Bauer, Mayer Amschel Rothschild, el cual es considerado como el fundador de la dinastía. Mayer, al igual que su padre, también se dedicó a la actividad financiera en su natal Fráncfort, realizando negocios, préstamos e intercambios con monedas y billetes.
En el año 1769, logró el título de “Hoffaktor” del príncipe elector Guillermo de Hesse, lo que lo convertía en un representante de la corte.
Las "5 Flechas" de la dinastía Rothschild
En 1784, se trasladó junto con su esposa Gutle y sus diez hijos a una gran casa, ubicada en el “Callejón de los judíos”. Sus cinco hijos varones, Amschel, Solomon, Nathan, Carl y Jacob, hoy en día son representados en el escudo de la familia como las 5 flechas de la dinastía.
En dicha casa, que empezó a ser distinguida como “La Casa del Escudo Rojo”, Mayer educó a sus cinco hijos varones y les enseñó todo lo relacionado con sus negocios y los planes que tenía para el futuro. Su idea era que se convirtieran en influyentes banqueros de monarcas y gobiernos, y posteriormente en la poderosa “banca Rothschild”, con influencia en toda Europa central.
“Dadme el control del suministro de dinero de una nación y no me importará quién haga sus leyes.” -Dijo Mayer en una ocasión, dejando clara su gran visión de expandir su imperio bancario por el mundo.
El primero en unirse al negocio financiero fue el tercero de sus hijos, Nathan Mayer Rothschild, quien, en el año 1798 y con 22 años de edad, emigró a Inglaterra. Allí vivió primero en Manchester, donde se desempeñó como comerciante textil, distinguido por su estilo de venta agresivo y sus mercancías a precios competitivos. Más tarde, en el año 1809, se mudaría a Londres, donde desarrollaría su actividad bancaria, dedicado a la negociación de letras de cambio y la organización de préstamos extranjeros.
Con Nathan se establecería la “banca inglesa” de la familia. Los mayores logros financieros en suelo inglés serían: la comisión realizada a los cinco hermanos, en 1814, para la recaudación de fondos destinados a Gran Bretaña y sus aliados en la guerra para derrotar al emperador Napoleón; y el préstamo por £5 millones de libras esterlinas al gobierno prusiano, realizado en el año 1818.
Para su primera hazaña en 1814, Nathan usó un dinero que su padre cuidaba a un reconocido monarca de la época, que temía que Napoleón llegara a sus tierras para conquistarlas. Así, el joven, con intención de detener una guerra que ponía en riesgo todo, participó en la contienda como uno de los principales financiadores de la corona inglesa. Se estima que la cantidad de dinero y recursos que prestó equivaldrían a unos $900 millones de dólares en la actualidad. Gracias a este dinero, el duque de Wellington pudo enviar recursos a sus tropas repartidas por toda Europa. El aporte de Rothschild fue crucial para la derrota del temible Napoleón.
Sin embargo, esta no fue la única jugada que realizó. En un momento, cuando las tropas británicas daban por perdida la guerra, aprovechó que tenía información secreta que pronosticaba la caída de Napoleón, así que utilizó esta ventaja para aumentar su capital. Lo primero que hizo fue desestabilizar el mercado financiero vendiendo todas sus acciones bancarias, ocasionando que aquellos en quienes tenía influencia imitaran su comportamiento al creer que la guerra ya estaba perdida. La bolsa de valores de Inglaterra colapsó y pronto un grupo de colaboradores de Nathan comenzaron a comprar acciones a precios muy por debajo de lo habitual. Esta cuestionable estrategia le permitió consolidar su poder en el país.
Dicha intervención de los Rothschild en el conflicto napoleónico es uno de los hechos que ha estimulado tantas teorías conspirativas, en las cuales se dice que esta casa financia guerras para salvaguardar sus intereses económicos o que son los verdaderos artífices de todo enfrentamiento a gran escala, como una especie de fuerza que mueve los hilos desde la oscuridad. Sin embargo, estas teorías no han sido comprobadas oficialmente.
El éxito de Nathan como banquero proporcionaría un modelo para sus hermanos en Fráncfort.
En 1812, Jacob Rothschild, el más joven de la familia, establecería la casa bancaria en París. En 1820, Solomon Rothschild establecería la “banca de Viena”, aprovechando que la familia desde hacía un tiempo estaba activa en las finanzas imperiales de Austria. Eventualmente, la realeza austriaca otorgaría el título de “Barón” a los cinco hermanos. Y, como el Imperio de Austria estaba fortaleciendo sus intereses con Italia, Carl Rothschild se mudó a Nápoles para establecer la “banca italiana”. Finalmente, Amschel, el hijo mayor de la familia, fue el encargado de la “banca de Fráncfort”, siendo el sucesor de su padre.
Entre 1821 y 1822, Brasil se encontraba en una gran guerra en busca de su independencia de los portugueses, pero nuevamente Nathan Mayer intercedió cambiando el curso de la historia. Luego de varios conflictos, los portugueses aceptaron negociar por medio de Rothschild. Básicamente, acordaron que Brasil podría ser independiente si les pagaban por ese derecho. Los portugueses pedían £2 millones de libras esterlinas, y Nathan fue quien realizó el préstamo a la nueva nación para que obtuviera su independencia, lo que abriría las puertas a los Rothschild en Latinoamérica. Una muestra de la gran influencia de la familia en asuntos políticos tan trascendentes.
Adicional a esto, Carl Rothschild, quien dirigía la banca italiana de la familia, solía mantener fuertes vínculos con la iglesia y el vaticano, realizándoles significativos préstamos. Su influencia y poder era tal, que, en 1832, cuando Carl conoció al Papa Gregorio Decimosexto, no se le exigió que le besara los pies, situación que ni los mismos reyes podían evitar.
En 1836, falleció el más brillante de los cinco hijos, Nathan Mayer. Para ese entonces, los Rothschild ya eran los banqueros más exitosos del mundo.
La expansión de la riqueza y el poder de la Familia Rothschild
Con el tiempo, los hermanos y sus descendientes fueron añadiendo nuevos intereses a la casa Rothschild, aparte de su monopolio bancario. En pleno siglo XIX, la familia no fue ajena al surgimiento de las nuevas industrias poderosas producto de la industrialización de Europa, como la industria ferroviaria, la metalúrgica y la minera. En Francia y Austria, presionaron para la construcción de redes ferroviarias. En Viena, Solomon se interesó por la Ingeniería y las fundiciones. En España, la familia logró la adquisición de minas claves para obtener el monopolio de la explotación de mercurio, y la mayoría de facciones de la familia se involucró con los metales preciosos, especialmente con el oro, que era con el que se respaldaban casi todas las monedas del mundo, así que tener grandes reservas del metal les permitía aumentar su poder y seguir expandiéndose.
En 1840, N M Rothschild & Sons, la compañía matriz, se convirtió en uno de los agentes de bolsa de los lingotes de oro del Banco de Inglaterra, además de interesarse en la creación de organizaciones en California y Australia durante la “fiebre del oro”, época en la que muchos trabajadores se apresuraron a migrar a las zonas donde se descubrieron grandes yacimientos del metal dorado.
A mediados del siglo XIX, la familia empezó la construcción de muchas de sus icónicas posesiones, en las cuales se albergaba todo tipo de objetos de lujo y colecciones de Arte, motivo por el cual también fueron bastante reconocidos. Algunas de estas edificaciones son las Torres Mentmore, en Inglaterra, y el Castillo de Ferrières, en Francia.
Además, Nathaniel de Rothschild en 1853 adquirió el viñedo château Brane-Mouton en Francia, y lo convirtió en una de las mejores y más reconocidas marcas de vino: Château Mouton Rothschild. En años posteriores, el negocio fue tan rentable que le permitió a la familia obtener varios viñedos vecinos y posicionar fuertemente su marca en el mercado.
En 1861, producto de la unificación nacional de Italia liderada por el rey Victor Manuel II, se produjo el cierre del banco de Nápoles de la familia. No obstante, el negocio de la emisión de bonos creció y se consolidó como uno de los pilares de la actividad financiera de la casa.
Con la muerte del barón Jacob Rothschild en 1868, la generación de los cinco hermanos había llegado a su fin y daba el paso a la nueva generación de líderes de la Casa del Escudo Rojo.
Lo vínculos familiares de los nuevos linajes de cada país se mantuvieron firmes con el paso de los años; esto en gran medida a una cuestionable tradición familiar instaurada por Mayer Amschel Rothschild, quien copio de las familias de monarcas de su época el hecho de que las mujeres fueran siempre emparejadas con sus primos y los varones heredarían toda la fortuna y poder de sus padres.
Posteriormente, los Rothschild franceses se interesaron en la explotación de níquel y cobre; y los Rothschild ingleses respaldaron el emprendimiento conocido como “The Exploration Company”, dedicado a la exploración alrededor del mundo de fuentes minerales. Por otra parte, la familia incursionó en la explotación minera de piedras preciosas en África e India, además de involucrarse en el sector del petróleo junto con Los Nobel, la familia de la que procede el inventor del premio con su apellido, Alfred Nobel. Esta familia sueca estaba a la vanguardia del desarrollo de campos petroleros en Bakú y Batum, en Rusia, algo que resultó muy benéfico para los Rothschild.
Entre las nuevas generaciones también hubo un gran número de miembros destacados de la familia…
Edmond de Rothschild, hijo menor del barón Jacob y nacido en 1845, fue una figura destacada por ser activo defensor del Sionismo, una ideología política que apoyaba el establecimiento de un estado para el “pueblo judío”, preferentemente en la antigua tierra de Israel. Edmond realizó varios viajes a la Palestina otomana para supervisar su financiación de asentamientos judíos en el territorio. Gracias a la influencia de su apellido y a sus contribuciones, se le considera un personaje importante para entender la conformación del Estado de Israel.
En Inglaterra, Walter Rothschild, hijo del primer lord que tuvo la familia, fue un gran aficionado a las ciencias, especialmente la Zoología, por este motivo creó una de las colecciones de ejemplares más grandes de todo el mundo, algo que hasta entonces no tenía muchos precedentes. Además, durante su vida estuvo dedicado fuertemente a la política. Una de sus gestiones más relevantes fue la de permitir que el gobierno británico adquiriera una importante participación en la creación del canal de Suez.
En Francia, su primo Henri Rothschild fue otro personaje ilustre, al ser todo un experto en nutrición infantil.
En 1895, Estados unidos atravesaba una difícil recesión económica. El gobierno se estaba quedando sin oro y las fuentes de ingresos para pagar las deudas eran insuficientes. En unos pocos años el país iba a colapsar. Fue entonces cuando el presidente Grover Cleveland, se acercó a los Rothschild, quienes trabajaron en conjunto con J. P. Morgan y le prestaron a Estados unidos el dinero para saldar sus deudas, evitando así un incumplimiento de los pagos y protegiendo el tesoro nacional.
En 1901, la parte de la familia establecida en Fráncfort se queda sin un heredero Varón, lo que hace que, después de más de un siglo, los Rothschild cortaran vínculos con su ciudad natal. No volverían a operar en Fráncfort sino hasta 1989.
Los Rothschild y las dos guerras mundiales
Con la llegada del siglo XX y el panorama de dos guerras mundiales, la familia tuvo que enfrentar diversos reveses y grandes cambios.
Por un lado, después de la Primera Guerra Mundial, los bancos de negocios perdieron el lugar que les permitía generar financiación para los gobiernos, cediéndolo a las nuevas instituciones de financiación internacional. Los bancos Rothschild comenzaron una transición hacia la financiación de empresas comerciales e industriales; entre ellas, el Metro de Londres.
Otro hecho curioso es que, durante la firma del tratado de Versalles en 1919, que pondría fin a la primera guerra mundial, se encontraban varios miembros de la familia, lo que alimenta aún más la teoría de que los Rothschild siempre han estado detrás de las guerras, iniciándolas y poniéndoles fin a su antojo.
En 1919, aprovechando sus grandes inversiones en el oro, la familia logra obtener el papel de banca permanente para la regulación del precio del Oro en el mundo, para lo cual se reunían diariamente para estipular el valor de dicho metal en el mercado.
En Austria, Louis Nathaniel de Rothschild realizó un esfuerzo admirable al lograr salvar la banca Creditanstalt, el mayor banco de Austria, después de los devastadores efectos del crack de 1929, la estrepitosa caída de las bolsas de valores de Estados Unidos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia también se vio afectada. Al ser los Rothschild una familia judía, cuando la Alemania Nazi invadió Austria y Francia se vieron obligados a huir y disolver las bancas de ambos países. Además, una vez finalizado el conflicto bélico, una buena parte de sus bienes, famosas mansiones y colecciones, fueron incautadas y pasaron a ser de dominio público.
El tiempo de recuperación en el periodo de posguerra fue lento y la familia tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias del mundo.
La Familia Rothschild y su influencia en la economía mundial
En 1960, los bancos franceses e ingleses decidieron fortalecer su funcionamiento en los Estados Unidos, la nueva gran potencia mundial. Allí nacería Rothschild Inc. Desde entonces, se especula que la familia pudo tener mucho que ver con la creación de la Reserva federal de los Estados Enidos en 1913, la cual, con el tratado de Bretton Woods en 1944, prometía respaldar todos los dólares impresos y en circulación con grandes reservas de oro, a un precio de $35 dólares por onza; sin embargo, eventualmente el presidente francés Charles de Gaulle, al percatarse del privilegio que obtenía Estados Unidos por ser el país emisor de la moneda usada como reserva en el sistema financiero internacional, decidió entre 1965 hasta 1968 regresar más de $5 mil millones de dólares para obtener su equivalente en oro. Otros países, como Alemania y Japón, hicieron lo mismo, ocasionando que en 1971 el presidente Nixon diera fin unilateral al tratado de Bretton Woods.
Por otra parte, en Londres, la vieja multinacional N M Rothschild & Sons tuvo un papel anticipado en los nuevos mercados de Eurobonos.
En el año 1963, Edmond James de Rothschild creó la Compagnie Financière Edmond de Rothschild, con sede en Suiza. Esta compañía de capital de riesgo pronto pasaría a ser un banco de inversión y una corporación de gestión de activos.
En 1972, los Rothschild organizaron una de sus recurrentes fiestas privadas. Hasta entonces muy pocas eran las personas que conocían de estas fiestas, pero en aquella ocasión se filtraron unas fotos del evento. En ellas se podía observar a los asistentes disfrazados con máscaras bizarras de todo tipo. Las tarjetas de invitación para estas fiestas solían venir con letras al revés. La fachada del lugar donde ocurría la celebración era iluminada siempre con luces rojas. Aquellos que recibían la invitación debían ir obligatoriamente con una mascara que les ocultara la identidad. Todo esto lucia como una especie de culto, que despertó grandes rumores en la opinión pública.
En los años 80’s, los Rothschild serían parte del fenómeno de las privatizaciones, periodo en el cual el alto costo y baja eficiencia de muchas entidades públicas las llevó a licitación. La familia participó desde un principio en más de treinta países. Esta tendencia global se correspondió con el resurgimiento de los negocios de la familia, llegando a tener alrededor de 2.800 empleados en más de 40 países.
La familia más rica y poderosa de la historia: Los Rothschild
Actualmente, existe un gran número de herederos por todo el mundo que portan el apellido y que realizan alguna destacada actividad empresarial. Sus bancos se han ido fusionando con otros en diferentes países, por lo que se cree que aún podrían tener el poder de gran parte de la banca mundial.
Dos de los últimos miembros destacados de la dinastía son: Benjamin Rothschild, el banquero francés fallecido de un ataque al corazón el 15 de enero del 2021 a los 57 años de edad, quien poseía una fortuna personal de más de $1.100 millones de dólares; y Jacob Rothschild, un banquero e inversionista inglés con 85 años de edad y una fortuna personal estimada de $1.500 millones de dólares. Ambos han sido los únicos de la familia en ocupar un puesto entre las personas más ricas del mundo según la revista Forbes. Increíblemente, a pesar del poderío del apellido, el resto de miembros no llegaron a ocupar nunca estos lugares debido a que la fortuna se ha ido diluyendo con los años y la gran cantidad de herederos. Además, la familia ha mantenido siempre al margen su privacidad, lo que impide hacer un calculo exacto de la fortuna de cada uno de sus miembros.
Como dato curioso, se piensa que, si se concentrara todo el patrimonio y activos de la familia en una sola persona, esta debería tener una fortuna de aproximadamente $350 mil millones de dólares, lo que sería superior a la fortuna del hombre más rico del mundo de la actualidad, que es Elon Musk (CEO de SpaceX y Tesla), con un patrimonio de $280 mil millones de dólares; y de otra de las familias más ricas del mundo, los Walton (dueños de Walmart) con $238 mil millones de dólares. Sin embargo, una estimación más alta y precisa arroja como resultado que la fortuna de la familia a finales del siglo XIX rondaba el billón de dólares ($100.000.000.000.000), una cantidad de dinero superior a la fortuna amasada por John Davison Rockefeller en vida, que fueron unos $800 mil millones de dólares; lo que convierte a los Rothschild en la familia más rica de todos los tiempos.
Así concluimos la fascinante historia de los Rothschild, una familia que indudablemente marcó el curso de la historia moderna gracias a su determinante poder e influencia a la hora de hablar del desarrollo financiero y empresarial del Viejo y Nuevo continente. Sin ellos, posiblemente Napoleón haría conquistado Europa, Brasil hubiese tardado más en independizarse, Estados Unidos podría ser un país tercermundista y el viejo continente habría tardado más en reponerse luego de las dos guerras mundiales. Para bien o para mal, esta familia ha influido en la construcción del mundo que hoy conocemos, todo gracias a la visión y determinación de su fundador, Mayer Amschel Rothschild, y sus 5 “flechas”, que tenían claro que debían dominar la economía para poder gobernar el mundo; algo que quedó inmortalizado en manifiesto en las palabras de Nathan Mayer Rothschild:
“Me da igual qué marioneta esté sentada en el trono de Inglaterra, para gobernar el imperio donde nunca se pone el sol. El hombre que controla la fuente de dinero de Inglaterra, controla el imperio británico… y yo controlo la fuente de dinero de Inglaterra.”
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